Roma está preocupada por la depredación que genera el turismo y busca preservar los 135 peldaños de patrimonio cultural. Ocho agentes de la Policía municipal vigilan que los turistas no se sienten en los peldaños distribuidos en tres niveles como era habitual hasta ahora.
La escalinata, diseñada por el arquitecto Francesco De Sanctis en el siglo XVIII, es una de las construcciones más conocidas de la ciudad y los romanos se quejaban porque la gente se instalaba en los escalones a hacer picnic.
Ya no se permite más a la gente sentarse en las famosas escalinatas y se cobran multas altas
El nuevo reglamento del ayuntamiento está en vigor desde principios de julio y entre otras cosas también está prohibido refrescarse en la Fontana di Trevi o acceder a lugares públicos con vestimenta “indecente”.
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El castigo es una sanción económica que puede variar desde 150 euros en el caso de los turistas que usen los monumentos para sentarse, hasta 400 euros si provocan algún daño, como pintadas o incisiones.
La medida ha provocado una foto que se ve en todos los medios romanos: la escalinata de la Plaza de España completamente desierta, imagen que hasta ahora era inimaginable.