La cocina española es un símbolo, algo en lo que inmediatamente pensamos cuando armamos paseos por España. Cada ciudad tiene su especialidad y uno viaja sabiendo qué es lo que saboreará en cada lugar. En todos se come muy bien, ya sea en tascas, tabernas, barras o restaurantes, recordarás el sabor de esos deliciosos platos.
Probarás de todo, pasando de la sencilla tapa acompañada con una cerveza o un buen vino, a las propuestas más modernas, sabrosas y sofisticadas de la nueva cocina española
Con una comida regional envidiable y unos sabores únicos, la gastronomía española se está extendiendo por el mundo, por lo que siempre podrás encontrar algún buen restaurante de tapas en cualquier ciudad extranjera. Entre su gastronomía podemos pensar en los pimientos rellenos de bacalao, y la tabla de jamón ibérico de bellota. El arroz a banda, la fabada asturiana; de postre siempre entra bien una crema catalana... Pero definitivamente su platillo más famoso es la Paella Valenciana.
Pero mejor exploremos algunas calles muy "sabrosas":
Santiago, síntesis de la cocina gallega
En la Rúa do Franco y en sus paralelas, además de comedores para turistas y peregrinos, hay restaurantes donde acuden los gallegos.
Están especializados en tres cosas: el mejor marisco, la más tierna y sabrosa carne gallega a la brasa y alguna de las mejores tortillas de patatas del país cocinada con los tubérculos de la tierra, los huevos de las gallinas de corral y las cebollas que crecen en esta generosa tierra.
No está lejos el mercado de la ciudad, donde es costumbre a mediodía cocer pulpo con sus cachelos y sazonar con el delicioso pimentón que hacen traer desde Murcia o La Vera.
Fabada asturiana
La gran cocina asturiana es tal vez la más medieval, fuerte y noble de las cocinas regionales españolas y con ello su famosa fabada asturiana tradicional. Este plato se realiza con las conocidas fabes asturianas junto con chorizo, morcilla, lacón y tocino o panceta, lo que se denomina compango.
La realización de la fabada Asturiana auténtica es todo un ritual en el que todo es importante, desde que se ponen a remojo las fabes hasta esos minutos de reposo para que se asiente antes de servirla, pero lo mas llamativo y peculiar es lo que nuestras abuelas llamaban “pasmarlas” o “asustarlas” que consiste en añadir agua fría dos o tres veces durante la cocción para que deje de hervir unos segundos. Este método de hacer la fabada responde a las antiguas recetas de la cocina tradicional.
El prestigio de este plato se basa en un unánime y escrupuloso respeto sobre la tradición asturiana.
Las tascas de pintxos de San Sebastián
En la calle Mayor de San Sebastián, desde la portada barroca de la iglesia de Santa María hasta el parque donde se alza el Ayuntamiento de la ciudad, se concentran decenas de bares de pintxos donde está resumido lo mejor de la cocina tradicional donostierra.
Es una calle consagrada a la gula, además de al talento en la cocina. El pintxo vasco, quintaesencia de la miniatura gastronómica, ha evolucionado con el paso de los años y de ser un tentempié entre horas, ha pasado a convertirse en una síntesis de la modernidad y el arrojo con que el País Vasco ha evolucionado en su cocina y en su modo de entender las materias primas del Cantábrico.
El Madrid de las letras y la cocina
Ni Lope, ni Quevedo, ni Miguel de Cervantes conocieron un barrio de Las Letras con tanta taberna, tanta tasca y tanta posada. De haberlo vivido como hoy es, a sin duda que calles como Huertas o Prado habrían figurado en sus textos como calles donde gozar de los placeres de la buena mesa.
La calle Huertas se ha convertido en los veinte últimos años en una vía temática del buen comer
Hay restaurantes para todos los gustos, todos los bolsillos y todos los sabores. Abunda la cocina tradicional, pero es posible encontrar en ella comedores de cocina internacional hispanoamericana.
La invención de la tapa en Granada
La historia de la gastronomía española nos ha hecho creer que la tapa era un trozo de jamón que se situaba sobre el vaso de vino para hacer más grato el disfrute de la bebida. Pero las tapas hoy son deliciosos preparados y de existir una ciudad que ha convertido la tapa en un arte, esa sería Granada (Jaén y Córdoba también, aunque en menor medida).
Hay una calle donde se concentran los bares que sirven las mejores tapas de la ciudad. Es la calle Navas y parte de la plaza del Carmen, donde se alza el Ayuntamiento, en pleno centro de la ciudad.
En Navas hay bares para todos los gustos, pero destacan aquellos que sirven frituras de pescado, chacinas, minibocadillos y platos de cuchara para acompañar la cerveza andaluza y los vinos de la región.
La cocina de una reina valenciana
La Rotonda, la calle San Vicente o la plaza de la Reina, además de ser tres de los marcos urbanos más concurridos de Valencia, conforman el triángulo donde se citan los mejores y los peores restaurantes y bares de la ciudad.
Si el visitante tiene algo de olfato sabrá pasar por alto los últimos y se centrará en aquellos donde sirven una cocina decente, inspiradora y mediterránea, basada en lo mejor de la mar y del interior levantino, bares donde, por ejemplo, sirven raciones pequeñas de paellas reformuladas, pescados y zarzuelas de marisco que atrapan el mejor sabor del litoral.
Y junto a ellos heladerías y horchaterías donde degustar los otros dos símbolos de la cocina levantina.
Mérida, sabores nobles
Mérida, la capital de Extremadura, fue en 2016 la Capital Iberoamericana de la Gastronomía. Un año antes Cáceres había ostentado un título parecido.
En Mérida los mejores restaurantes y bares se concentran alrededor de la plaza de España y la calle Sagasta. En ellos es posible degustar los quesos de los Ibores y de La Serena, el valor que le conceden a los jamones ibéricos de la Dehesa de Extremadura o a la sabrosa ternera de la región.
Y todo ello cocinado con los aceites de oliva vírgenes extra de las comarcas de la Sierra de Gata y Las Hurdes. Hay en Mérida, además, enotecas donde adquirir vinos de la Ribera del Guadiana, cada día más apreciados.
León en torno a su plaza Mayor
En la plaza Mayor de León todo lo que te rodea es conocido como el Húmedo, un barrio popular, de tascas de toda la vida, barras de bar donde se elabora una cocina honrada y sustanciosa, basada en los productos de la carne roja y las tiernas hortalizas que crecen en los valles bajos de la provincia.
En las calles del Húmedo hay casas de comida con menús del día que gustan mucho a los vecinos y los foráneos porque sintetiza lo mejor de la cocina castellano leonesa. Hay confiterías y conventos de clausura cerca de aquí que venden productos de repostería y tiendas gourmet en la calle Ancha, que comunica la populosa plaza de Santo Domingo con la hermosa Catedral gótica.