La UNESCO acaba de declarar patrimonio de la humanidad a la cerveza belga, la rumba cubana y las Fallas de Valencia. En la 11ª reunión de su Comité para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial celebrada en Addis Abbaba, capital de Etiopía, las incorporó a la indispensable lista que contiene los íconos de la cultura humana.
La tradición cervecera imperante en Bélgica fue destacada como parte de la identidad de su comunidad, con fábricas, clubes, eventos y festivales en cada una de sus provincias y alrededor de 30 museos alusivos.
Las casi 200 fábricas de cerveza que producen 1.500 variedades de la bebida preparada con cebada fermentada, agua y lúpulo, la hacen "accesible a todo el mundo, hombres y mujeres, y no se impone a nadie"
Los belgas producen cerveza mediante cuatro procesos distintos de fermentación: la espontánea, empleada en la cerveza lambic (que es única en Europa); la alta o ale; la mixta, propia de las cervezas tostadas; y la baja o lager, utilizada en la modalidad pilsner.
La tradición se cultiva en establecimientos de pequeñas familias, comunidades de monjes trapenses y grandes empresas y sobrevivió a una grave crisis luego de las guerras mundiales del Siglo XX renaciendo con fuerza a partir de la mitad de la década del ´70. Los belgas además de consumir grandes cantidades de cerveza, la usan para cocinar, elaborar quesos lavados y acompañar determinados alimentos.
La célebre rumba cubana, nació en los barrios urbanos pobres de Cuba, con raíces en la cultura africana conjugados con rasgos antillanos e influencias del flamenco español.
Fue considerada por el COMITÉ como "una expresión de autoestima y resistencia" un símbolo de toda la sociedad que "defiende el derecho a la diversidad cultural basada en el respeto mutuo" y donde "coinciden con armonía la tradición y contemporaneidad".
"La riqueza del ritmo, la gracia y la sensualidad de los bailes y cantos y la alegría que transmite, conecta con muchas personas, independientemente de su género, fenotipo, situación social o geográfica" fue especialmente valorada.
También se destacó "su naturaleza integradora y diversidad cultural” que la hacen “una expresión de amplio alcance social". Ademas, se destacó su apertura "a cualquier grupo social".
Se atendió asimismo a la creatividad en las artes y oficios que promueve su continuidad y por estimular "una representación y participación de las mujeres en la planificación y la realización cada vez mayor".
La tendencia a utilizar tintes satíricos, poemas y otras formas de literatura son vistas por la UNESCO como "una importante fuente de inspiración para que el patrimonio cultural inmaterial sea relevante en el mundo contemporáneo".