Famosa mundialmente como zona termal, Pamukkale se dibuja en terrazas, a modo de cascada congelada, por su lenta formación durante la era Cuaternaria que fijó las cavidades en la roca caliza y travertina.
Piscinas naturales de Pamukkale
En turco Pamukkale significa 'Castillo de algodón' y la razón es evidente, las irregulares y sugestivas piscinas naturales de Pamukkale, al sudoeste de Turquía, toman su tonalidad blanquecina gracias al alto contenido en carbonato cálcico.
Una maravilla en peligro de extinción
Las terrazas inundadas de Pamukkale eran muy conocidas en la Antigüedad por sus propiedades terapéuticas, manteniéndose la tradición de ir a bañarse a la zona.
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Llegados los noventa, los baños se hacían sin control -incluso con jabones-, se accedía hasta el propio Pamukkale con vehículos de gasolina, llegando incluso a construirse una rampa de asfalto. También se utilizaban las aguas para llenar las piscinas de los hoteles que se edificaron justo encima de la formación, e incluso llegaron a vertirse aguas residuales en el lugar.
La recuperación
Llegó la Unesco y puso orden: se demolieron los hoteles, la rampa se cubrió, se dejó que las zonas de color parduzco -estropeadas por los vertidos y el mal uso- se blanquearan al sol y se evitó cubrirlas de agua para atenuar el problema, razón por la cual muchas pozas permanecen vacías.
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Siguiendo un programa establecido, otras zonas de la parte superior de la colina se llenan de agua y se abren al público durante algunas horas al día, permitiendo el baño en ciertas áreas.
Hierápolis - Baño real
Las pozas no son el único lugar en el que poder bañarse, ya que sobre Pamukkale existe una antigua ciudad sagrada, Hierápolis, y en ella se da la extraordinaria posibilidad de poder sumergirte entre auténticas ruinas.
Es la llamada Piscina de Cleopatra, que, se dice, fue un regalo a la reina egipcia. Nadar en sus aguas termales entre restos de columnas y mármoles tallados, rodeada de exuberante vegetación parece, verdaderamente, un placer reservado sólo para individuos de sangre azul.
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Para disfrutarlo al máximo y conseguir las mejores fotos, evitá ir a la tarde, hora de mayor afluencia turística.
Hierápolis - Ciudad sagrada
Una vez que hayas disfrutado de los beneficiosos minerales de las termas, te proponemos un paseo por el resto de Hierápolis.
Esta ciudad típicamente romana es hoy Patrimonio de la Humanidad, pues aún posee restos de necrópolis, baños, antiguas puertas y templos y, sobre todo, un teatro que se encuentra en un espectacular estado de conservación.