La apertura del Parque Nacional Traslasierra, que se desarrollará en el predio de la estancia Pinas y será el 34° en Argentina, abre una fuerte expectativa en la actividad turística de los pueblos que le dan vida y color, a uno de los valles menos explorados de la
provincia de Córdoba.
Además, dinamizará el flujo de visitantes en pueblos como Mina Clavero, Salsacate, Taninga, Las Calles, Nono y San Carlos Minas, Las Rabonas, Los Hornillos, Villa Dolores, Los Molles, Las Tapias y Villa Cura Brochero, que en los últimos años logró una alta
exposición gracias a la canonización del Santo.
Las 105.000 hectáreas de este espacio natural, que albergan 229 especies de aves, 35 de mamíferos y 30 de reptiles y hasta ejemplares de pecarí chaqueño y Catagonus wagneri, que están peligro de extinción, permitirá acercar a los turistas a atractivos
naturales que se encuentran casi en estado natural.
Estancia Pinas es un latifundio de más de 105 mil hectáreas en la frágil área natural del Chaco Seco, en Córdoba. Perteneció a Lisandro de la Torre y a Manubens Calvet, tuvo 50 kilómetros de ferrocarril propio y una producción ganadera de 23.000 animales. Ahora tendrá protección nacional.
Hace 37 años que este latifundio es parte de la discusión de la herencia del político y empresario cordobés Feliciano Manubens Calvet, siendo el reparto de bienes pendiente más importante de la Argentina.
Ahora se convertirán en el parque nacional Traslasierra
Las tierras son parte de la ecorregión del Chaco seco y conservan varias especies en vía de extinción. Está ubicado en el oeste cordobés entre los departamentos Minas y Pocho y lindante con La Rioja.
Resguarda un importante fragmento del bosque que alguna vez cubrió doce millones de hectáreas en la provincia de Córdoba y ahora se limita, según la ley de bosques de la provincia, a sólo dos millones de hectáreas. Considerando solamente los bosques en buen estado de conservación, esa superficie es de sólo seiscientas mil hectáreas.
Alberga animales como el pecarí chaqueño, considerado en riegos de extinción. Además, en la Estancia Pinas se encuentran las que, probablemente, sean las últimas manadas de guanacos salvajes de la provincia.
La historia de la estancia es tan curiosa como su fauna
En 1908 fue adquirida por Lisandro de la Torre con un crédito del Banco Español, aunque el político demócrata-progresista santafesino recién tomó posesión del campo en 1917. Su idea de trasformar a Pinas en un centro agrícola y ganadero fracasó estrepitosamente.
Las únicas ganancias durante este período las obtuvo un socio de De la Torre talando los quebrachos colorados, quebrachos blancos y algarrobos de la zona. Luego de su suicidio en 1939, el campo fue adquirido por Juan Manubens Calvet en un remate.
Porque es tan importante que sea Parque Nacional
Manubens Calvet, conocido terrateniente y político de Córdoba, falleció en 1981 sin herederos directos. Los bienes de su herencia son administrados desde entonces por la justicia provincial.
Es probable que esta falta de definición sobre sus propietarios haya sido la salvación para el ambiente que alberga Pinas
De esta forma, el relicto de bosque se sustrajo a los periodos de mayor devastación ambiental de la provincia, que tuvo tasas de deforestación récord del 2,5% anual entre 1998 y 2006 y de 1,16% entre 2006 y 2011.
la estancia se encontraba dentro de las categorías roja y amarilla de la ley de bosques (es decir, de máximo y de intermedio valor de conservación), lo que limita las actividades económicas que se desarrollan en ella.
Al volverse parque nacional, complementa a la vecina Reserva Chancaní (de sólo cinco mil hectáreas) y se convierte en el mayor parque la provincia, triplicando la extensión del Parque Nacional Quebrada del Condorito.
Será desde ahora una de las pocas áreas protegidas dentro de la ecoregión del Chaco Árido, y el primer parque nacional de esta zona.