Durante el año pasado se dio comienzo a la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México.
A la par del Nuevo Aeropuerto Internacional, el gobierno mexicano planea la edificación de una urbe aeroportuaria con centros comerciales, hoteles y salones; la construcción de una autopista con peajes, la ampliación de carreteras, líneas del Metro, Metrobús y la creación de un tren exprés que viajaría del Centro de la Ciudad hasta la nueva terminal.
“Aerotrópolis”, tal como se la denomina, se proyecta sobre 375 hectáreas (3 millones 750 mil metros cuadrados), que serán destinados para el desarrollo de los mencionados bienes raíces comerciales y la necesaria infraestructura urbana pero también para parques empresariales y zonas de libre comercio.
El término “aerotrópolis” fue acuñado el año 2000 por el Dr. John Kasarda, profesor de la Universidad de Carolina del Norte y se refiere al área urbana generada alrededor de los aeropuertos y formada por negocios y empresas relacionadas con el tráfico aeroportuario. Kasarda considera al aeropuerto como el gran concentrador de actividad comercial y de servicios del siglo en curso, desempeñando el mismo rol que cumplieron las autopistas en el siglo XX, las estaciones de trenes en el siglo XIX, o los puertos en el XVIII.
Sin embargo, varios urbanistas y arquitectos prefieren encender algunos focos de atención sobre la idea. La seguridad, la contaminación y el ruido de los aviones son algunas de sus razones.
Según indica el Estudio realizado para el desarrollo de este emprendimiento urbano: “Constará inicialmente de alrededor de 500 mil metros cuadrados de desarrollo (mitad de hoteles y mitad de espacio comercial) con un aumento cada año de alrededor de 100 mil a 250 mil metros cuadrados, con una capacidad total de desarrollo de alrededor de 6 millones de metros cuadrados y una población de alrededor de 250 mil empleados. Se planea que la mayoría de los edificios sean de cinco a seis niveles con una cobertura de lote 50 a 60 por ciento”.
Y la urbe habría de estar conformada por dos grandes parcelas de terreno situadas entre tres calzadas arboladas que se alinean con las tres trayectorias de vuelo. “Las zonas comerciales han sido organizadas en una serie de bloques de aproximadamente 150 metros por 175.
Según el arquitecto británico Norman Foster, el de la Ciudad de México será “único en su tipo”. “Será una escultura”, dijo el arquitecto durante la presentación del proyecto. Foster agregó también que el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México será el más sustentable de todo el planeta.
Pero las aerotrópolis no llegarán en el futuro. Ya existen varios ejemplos a nivel internacional que podemos ver, particularmente en las grandes economías de Asia.
De hecho, la idea de tener que resolver en los aeropuertos gran parte de la impronta que un viajero se lleva de una ciudad (el aeropuerto es lo primero y lo último que uno ve de una ciudad cuando viaja) se convirtió en una dura competencia. El Changui, de Singapur, es el que se viene llevando todas las palmas. Este aeropuerto fue premiado por tercer año consecutivo por la consultora de servicios aéreos Skytrak como el mejor. La elección se realizó mediante el voto de más de 13 millones de pasajeros de 112 países y para elegirlo se tuvieron en cuenta parámetros como seguridad, servicios, migraciones, velocidad del check-in, etc. Este aeropuerto cuenta con un jardín de mariposas, una piscina olímpica y otras excentricidades por el estilo. Incheon, el segundo del ranking, ubicado en Corea del Sur, tiene casino, spa y un centro de arte coreano. En el Chek Lap Kok de Hong Kong se puede jugar al golf en un campo de nueve hoyos los cuales pueden utilizarse tanto durante el día como por la noche.