
En el corazón mismo de París, dos pequeñas islas parecen flotar entre las aguas del Sena como si el tiempo se hubiera detenido. Son Île de la Cité y Île Saint-Louis, los lugares donde nació la ciudad y donde aún hoy se respira su espíritu más auténtico. Caminar por sus puentes y calles adoquinadas es adentrarse en siglos de historia, arquitectura majestuosa y rincones llenos de encanto.
Mientras Île de la Cité deslumbra con sus monumentos más célebres, como Notre-Dame o la Sainte-Chapelle, su vecina Île Saint-Louis ofrece un ambiente más tranquilo y elegante, con cafés, heladerías artesanales y fachadas clásicas que reflejan la vida parisina más refinada.

A pocos pasos del bullicio de la capital, estas islas son un refugio donde confluyen la historia medieval, la vida moderna y el romanticismo que hace de París una ciudad única.
Qué ver en Île de la Cité
- Catedral de Notre-Dame: símbolo del gótico francés y uno de los íconos más fotografiados del mundo.
- Sainte-Chapelle: joya arquitectónica con vitrales que bañan el interior en una explosión de colores.
- Conciergerie: antiguo palacio y prisión donde estuvo encarcelada María Antonieta.
- Pont Neuf: el puente más antiguo de París, desde donde se obtienen vistas incomparables del Sena.
- Marché aux Fleurs Reine Elizabeth II: un mercado de flores encantador abierto todos los días.

Historia de la Île de la Cité
La tribu celta de los Parisii se estableció en la Isla en el año 200 A.C. Desde allí fundaron la ciudad llamada Lutecia (hoy París). Durante la Edad Media pasó a ser un centro vital para las reuniones de los intelectuales de toda Europa, que llegaban a Francia por sus escuelas-catedrales.
A lo largo de los siglos, la Île de la Cité ha tenido muchos cambios en cuánto a su arquitectura y servicios. Los más importantes fueron las que realizó el Barón Haussman, a mediados del siglo XIX, arrasando con una parte del Palacio de Justicia y la Catedral de Notre Dame, y muchas casas e iglesias pequeñas fueron derribadas, expulsando a 25 mil residentes de la Isla.
El cuartel de la Cité pasó a ser la Prefectura de Policía, se amplió el boulevard del Palacio y la plaza principal se agrandó 6 veces más luego de demoler el Hospital.
La Île de la Cité hoy
Es un paseo destacado dentro de París, ideal para los que quieren alejarse un poco del bullicio de la Torre Eiffel o los demás atractivos turísticos. Las tres edificaciones que datan de la época medieval y que aún siguen en pie en la Isla son:
- La Catedral de Notre Dame
- La Iglesia Sainte Chapelle
- La Conciergerie: residencia de los monarcas franceses entre los siglos X y XIV
Qué ver en Île Saint-Louis
Separada por un pequeño canal, esta isla es un remanso de paz lleno de elegancia y arquitectura del siglo XVII.
- Rue Saint-Louis en l’Île: la calle principal, con tiendas de antigüedades, boutiques y cafés.
- Heladería Berthillon: famosa por sus sabores artesanales, considerada la mejor de París.
- Puentes románticos: especialmente el Pont Saint-Louis, ideal para fotos al atardecer.
- Palacetes y mansiones históricas: que reflejan la vida aristocrática del París clásico.
Historia de la Île Saint-Louis
La Isla de San Luis fue un asentamiento celta Parisii. El Rey Enrique IV redactó un plan para urbanizarla, pero el proyecto se detuvo al ser éste asesinado en 1610. Su hijo, Luis XIII vuelve a encargarse del tema y lleva ese nombre en honor a este Rey. Por mucho tiempo, fue lugar de pastoreo para ganado y un almacén de madera.
Este lugar insospechadamente hermoso comenzó a cambiar su rostro cuando se lo incluyó dentro de los planeamientos urbanísticos de la ciudad, a fines del siglo XVII.
En ese momento nace un sitio tranquilo, casi todo lo contrario a lo que ocurre en el resto de París.

La Île Saint-Louis hoy
La Isla de San Luis luce casi igual a como ha sido concebida cuatro siglos antes, si bien en el IX fueron añadidos cuatro puentes adicionales que conectan las orillas con la Isla de la Cité, con la Rue Jean y el Boulevard Henri IV.

Nueve de sus edificios han sido declarados monumentos históricos y casi 30 están en el inventario de edificios históricos. Actualmente, viven 2500 personas, y las construcciones son para la clase alta, tanto francesa como extranjera.
Muchos aristócratas se mudaron para disfrutar de los placeres de la isla. Numerosas celebridades han vivido allí: Camille Claudel, Léon Blum, Georges Pompidou, Georges Moustaki, Ernest Hemmingway, etc.
Esta isla es un oasis de paz y tranquilidad en el ajetreado centro de París. Tiene solo calles estrechas de adoquines de una sola vía, no hay estaciones de metro y solo dos paradas de autobús. La isla tiene un ambiente de pueblo pequeño y es difícil imaginar que se encuentre en el corazón de una ciudad cosmopolita y palpitante.
La mayor parte de la isla es residencial, salpicado de mercados, panaderías, fromageries, restaurantes, tiendas, cafeterías y heladerías.
Se puede caminar por las orillas del Sena, contemplar sus edificios y sobre todo, deleitarse con la majestuosa vista hacia Notre Dame.

En un paseo por la Isla de San Luis se pueden encontrar muy bonitos restaurantes y pequeñas heladerías para disfrutar de un helado.
Su calle central Saint Louis en l'Île, antaño fue refugio de familias aristocráticas y actualmente la encontrarás llena de tiendas de ropa y de diseño de vanguardia, de salones de té y de restaurantes donde cenar sin destrozar el presupuesto, como la Brasserie de l'Île Saint Louis, cuya terraza ha sido inmortalizada varias veces en el cine.
El mejor helado de París
Parece que Île Saint Louis es la capital del helado francés. Hay docenas de tiendas en la isla con la mayor concentración a lo largo de Rue Saint-Louis en l'Île. La mayoría incluye la palabra Berthillon en su nombre, pero solo hay un Berthillon original que muchos consideran el mejor helado de París (cerrado los lunes y martes).
Si lo que buscas entonces es un helado, te recomiendo el famoso Berthillion en la Rue Jean du Bellay y Quai D'Orleans.

La Île Saint-Louis es una de las zonas con la vivienda más cara de toda la ciudad, una zona céntrica donde hay poco tráfico, llena de tiendas de nivel, de boutiques y donde se respira una calma que parece la de hace siglos.
Los muelles que rodean la pequeña isla, a las 6 de la tarde se convierten en el mejor lugar para contemplar la puesta de sol. En uno de ellos, en el Quai d'Anjou, se encuentra la casa donde la escritora Camille Claudel, la amante de Rodin, tuvo su estudio y acabó enloqueciendo víctima de una sociedad que la censuró.
Consejos para visitar las islas
- Cómo llegar: se puede acceder fácilmente a pie desde cualquier punto del centro de París o en metro (líneas 4 y 7).
- Mejor momento: al atardecer, cuando la luz dorada ilumina las fachadas y los músicos tocan sobre los puentes.
- Recorrido recomendado: empezar por Notre-Dame, cruzar el Pont Saint-Louis y terminar con un café frente al Sena.
Visitar las islas del Sena es descubrir el corazón vivo de París, donde cada piedra, cada fachada y cada esquina cuentan una historia. Si querés sentir la esencia más pura de la Ciudad de la Luz, Île de la Cité e Île Saint-Louis son paradas obligadas.
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