Las vistas que se obtienen desde lo alto del camino que conduce por el monte Huashan quitan el aliento, pero las posibilidades de detenerse a apreciarlas en paz son muy escasas. El vértigo provocado por un camino angosto y peligroso hace que los turistas que se aventuran por él estén mucho más concentrados en superar la prueba de esa travesía arriesgada que en disfrutar del paisaje.
El monte Huashan en China logra reunir en una sola experiencia una combinación de adrenalina y reconfortante sosiego a través de escalada de montaña que desafía a la muerte y que lleva a los atrevidos visitantes a una casa de té a 2.160 m de altitud en el pico sur de la montaña.
El monte Huashan ha sido un lugar de importancia religiosa desde al menos el siglo II aC, cuando se estableció un templo taoísta en su base. Desde entonces, peregrinos, monjes y monjas han habitado la montaña y sus alrededores.
Una red de senderos peligrosos y abruptos les permite acceder a las cinco cumbres de la montaña, cada una de las cuales tiene una estructura religiosa con espacios reconfortantes, como la casa de té de la cumbre sur. Juntas, estas cinco cumbres forman los puntos de una forma de flor.
Los caminos se han reforzado debido a una afluencia reciente de turistas, pero son no obstante peligrosos. Aunque no se mantienen estadísticas oficiales, algunos dicen que el número puede llegar a ser de unas 100 caídas fatales al año.
Algunas de las partes más peligrosas de los senderos tienen nombres, como “la grieta de cien pies” o “la cresta del dragón negro”.
Sin dudas uno de los tramos más aterradores es el la sección del sendero formado por tablas de madera incrustadas en la roca de la montaña y apenas sujetas entre si por ganchos metálicos.
Este paso no se extiende mucho pero cuelga de tal modo que hace retroceder a muchos. Este sector se llama hankong zhandao que significa "camino de tablas en el extenso cielo".
De todos modos, los turistas pueden disfrutar de la zona de los alrededores que es fascinante. El monte Huashan se encuentra en la ciudad de Huayin, que se considera la cuna de los 3000 años de la cultura china y el sitio de los famosos guerreros de terracota.