Estamos en presencia del parque de atracciones en actividad más antiguo del mundo, y aunque en Dinamarca es extremadamente popular, Dyrehavsbakken (o solo Bakken), no es demasiado conocido en otras partes del mundo.
Ubicado a solo 10 minutos en auto al norte de Copenhague, la capital de Dinamarca, el Bakken fue inaugurado en 1583, y para darnos una idea de su antigüedad podemos decir que eso es solo 3 años después de que la ciudad de Buenos Aires fuera fundada por segunda vez por Juan de Garay quien justamente moría en ese 1583.
Ubicado en los bosques de Dyrehaven, Bakken es un parque de atracciones único, que ofrece un lugar histórico y nostálgico combinado con diversión moderna y divertida y emocionantes paseos. ¡Y la entrada es gratis!
El origen de este centro de atracciones hay que buscarlo en las necesidades de los habitantes de Copenhague de aquel entonces, quienes tras el descubrimiento de un manantial en el bosque de Dyrehaven, comenzaron a acudir a por agua, reemplazandola por la de la ciudad que era muy mala.
De hecho, había quienes creían que e agua de ese lugar tenía propiedades curativas y se quedaban allí dándose un baño. Era tal la cantidad de gente que se congregaba en el sitio que poco a poco, especialmente en primavera, un nutrido grupo de vendedores, titiriteros y toda clase de artistas ambulantes se fueron acercando también para ganarse el pan, convirtiendo al lugar en una especie de atracción estacional.
Claro que los problemas no tardarían en aparecer. Avisado de la excelente calidad del agua, el rey decidió apropiársela y convirtió el lugar en un coto de caza real. En 1669, el rey Federico III decidió establecer un parque de animales en la zona y su hijo, Christian V, amplió el tamaño del parque unas 4 veces su tamaño original después de que llegó a ser rey en 1670. El área fue nombrada Jægersborg Dyrehave, su actual nombre, en 1671.
Sería Federico V quien abriría nuevamente el parque al público en 1756. A partir de entonces, una vez más, Dyrehavsbakken comenzó a florecer. Los artistas, vendedores ambulantes y posaderos regresaron a la zona, y la creciente reputación de Bakken en toda Europa atrajo a otros artistas y artistas, incluido Pjerrot, el payaso que sigue siendo un atractivo en el parque de hoy.
En 1885 los propietarios de negocios en el parque constituyen una asociación, que todavía hoy se encarga de regentar el lugar, e inician una remodelación que lleva mejoras (como la electricidad) hasta convertirse en lo que es hoy, un parque de atracciones con seis montañas rusas y una enorme variedad de juegos, puestos de comida, bares y espectáculos en vivo.