De Pergamino a China: de una experiencia laboral a una aventura fascinante

El mundo es cada vez más chico y las oportunidades desafían todo tipo de fronteras. El testimonio de una joven pareja pergaminense tras un año en China.

muralla china
Actualizado: 26 de julio de 2023

Jamás imaginaron llegar tan lejos. Ni solos ni juntos. Pero allá están hoy, en China, alentando a la Selección Argentina de Basquet, envueltos con la bandera y emocionados de comprobar lo que lograron. Solos y juntos. De a dos. Lo soñaron, lo planearon y lo concretaron. Achicaron el mundo y le pusieron el cuerpo a una experiencia fascinante, que marcará sus vidas para siempre, a nivel personal y como pareja. Aquí, un testimonio que invita a estirar la frontera de los sueños. 

De Pergamino a China y de una clase al Mundial

La libertad y el deseo de lo mejor para el otro fue el punto de partida, alimentado por el amor y la confianza. Mery (María Ignacia Culell) y Lucho (Luciano Calabresi) empezaron a conocerse sabiendo que adentro suyo amasaban sueños.

https://youtu.be/kCnSt8vQwhA

Ella tenía pendiente viajar a Europa con una amiga cuando se recibiera de abogada, una meta que estaba a apenas meses de distancia. Y él, profesor de educación física y entrenador de basquet, sabía que podía más, que quería más y que su pasión merecía oportunidades de otra escala. Y así, sin tener del todo claro todavía para qué, ni cómo ni dónde, dio un primer paso, sumando competencias que publicó con dedicación en Linkedin.

Pergaminenses ambos, coincidieron rápido en que las fronteras ni siquiera terminaban en Argentina y que ningún sueño personal amenazaba a la pareja. Mery se recibió y viajó a Europa y Lucho rápidamente se destacó entre sus pares y se ganó la mirada de un representante italiano que lo convocó para enseñar basquet en China durante un año.

"Hacelo, te banco", se habían dicho ambos

Y se apoyaron y se ayudaron y celebraron la felicidad del otro, para reencontrarse luego del otro lado del mundo, donde compartieron nueve meses juntos en Zhuhai.

Todavía envueltos en la bandera argentina que agitaron emocionados mientras alentaban a la Selección en los octavos de final del Mundial de Basquet de China, nos cuentan la fascinante experiencia que están por concluir en pocos días.

Un año en China...

Lucho (28) es profesor de educación física y entrenador internacional de básquet. Fue contratado para dar clases de ese deporte a niños chinos y, desde septiembre de 2018, vive en Zhuhai, provincia de Cantón.

Mery (26), su novia, se recibió de abogada el año pasado y viajó unos meses por Europa con los ahorros que hizo trabajando durante toda su carrera y, desde diciembre de 2018, acompaña a Lucho en su aventura.

mery y Lucho

Juntos vivieron un año en un país sorprendente. Trabajaron, estudiaron y conocieron todo lo que estuvo a su alcance.

En estos días, disfrutan el Mundial de Basquet que –afortunada coincidencia- se disputa en China

A días de regresar al país, mientras acompañan como hinchas a la Selección Argentina en algunos partidos de la competencia, repasan con Buena Vibra un sueño hecho realidad.

¿Por qué eligieron ir a China?

La oportunidad apareció de sorpresa hace un año y medio atrás. Al principio parecía difícil de creer y mucho más de llevar a cabo, pero siempre había existido en nosotros ese bichito de experimentar la vida afuera del país. Investigamos, leímos,  estudiamos. Lucho perfeccionó su inglés y, finalmente, nos animamos con confianza a encarar la aventura. 

Obvio que China nos sonaba a otro mundo y nos daba un poco de miedo, pero también era un gran desafío que no podíamos dejar pasar. Sabíamos que todo lo que nos podía suceder en este inmenso país serviría de aprendizaje e iba a significar un enorme crecimiento para nosotros. Por suerte, no nos equivocamos. 

Contanos, Lucho, cómo fue tu experiencia laboral y la relación con los niños chinos

Mi trabajo durante este año consistió en entrenar grupos de chicos de entre 4 y 15 años en una Academia de Básquet. Las categorías están divididas por edades y, a su vez, por el nivel o la experiencia previa en el deporte. Yo daba las clases en inglés y un asistente las traducía a chino.

Los entrenamientos son muy diferentes a lo que acostumbramos en Argentina pero igualmente siempre intenté poner mi impronta. El objetivo es que, a través del juego, los chicos puedan entender la dinámica del básquet y estimular más la resolución de situaciones técnico-tácticas de la mejor manera posible. 

Fue un trabajo arduo, ya que su metodología de enseñanza y aprendizaje está más ligada a la repetición de patrones y al desarrollo de la técnica individual

La relación con los chicos siempre fue divertida. Ellos respetan la figura del profesor y, al mismo tiempo, a su manera, me brindaron mucho cariño y reconocimiento. Lo más sorprendente son los nenes más chiquitos, porque se nota que están muy estimulados y tienen una gran capacidad de absorber el lenguaje y el deporte sin dejar de lado la diversión típica de la edad.

viaje a china

Y vos Mery, ¿qué hiciste en los meses que estuviste allá?

Llegué a China de visita. La idea inicial era estar tres meses acá, pero el amor pudo más (se sonroja) y decidí quedarme con Lucho. En la ciudad donde vivíamos arrancaba el calor y teníamos muchos planes de viajes y recorridos por este enorme país. 

Yo sabía que era muy difícil desarrollar mi profesión en China pero mi alma inquieta no me iba a dejar sin hacer nada

Aquí, tuve la oportunidad de seguir perfeccionando el inglés, idioma que estudié durante toda mi vida. Hice el curso Teaching English as a Foreign Language (TEFL) y otro de Business English y trabajé un tiempo dando clases a chicos de entre 3 y 10 años.

Fue una experiencia muy loca y divertida, que me abrió la cabeza y las puertas al mundo de la enseñanza que hasta ahora era desconocido para mí. 

Por suerte nuestros horarios y tiempo libre fueron favorables para que podamos compartir muchísimo tiempo juntos, disfrutar la ciudad y conocer un montón de lugares.

¿Qué ciudades y lugares conocieron y qué impresiones les causaron?

Nosotros estamos viviendo en Zhuhai, ubicada bien al sur de China, con paso fronterizo a Macao y a pocos kilómetros de Hong Kong. Es una ciudad de 1.7 millones de habitantes (es decir, una ciudad relativamente pequeña para China), que tiene mar, río y montaña. Esta ubicación y la excelente comunicación y facilidad de transporte entre las ciudades nos permitió viajar bastante por la zona.

Hong Kong

A Hong Kong fuimos a pasar año nuevo y disfrutamos del famoso show de fuegos artificiales detrás del imponente skyline.

Además, ahí viven y trabajan muchos extranjeros por lo que prácticamente todos los habitantes hablan bien en inglés.

Macao fue durante muchos años colonia portuguesa. Fue muy interesante ver otro tipo de arquitectura, comidas y paisajes diferentes. Nos llamó mucho la atención la cantidad de casinos y hoteles de lujo que hay en el lugar y entendimos por qué la llaman “Las Vegas asiática”.

En China el juego está prohibido y entonces usan este lugar como centro de este tipo de actividades y entretenimiento.

En China continental fuimos a Shanghai, Beijing, Chengdu, Guangzhou, Shenzhen, Foshan y Jiangmen. ¡Increíble! Las cuatro últimas están en el sur, en la provincia donde vivimos. Se caracterizan por ser ciudades nuevas, muy modernas, con amplias avenidas y llenas de grandes edificios y centros financieros.

En un país tan gigante es inevitable que siga habiendo algunas partes que quedan viejas y están un poco más descuidadas o feas. Sin embargo, desde que llegamos, nos sorprendió la cantidad de gente trabajando de sol a sol en construcción y limpieza para mejorar a una velocidad impresionante las calles, veredas, parques y bicisendas.

Chengdu es la ciudad famosa por los pandas gigantes y por la comida súper picante. ¡¡¡¡Y sí que lo es!!!! El spicy hot pot es su plato estrella, una especie de olla bien cargada de chile picante en donde cada uno con sus palitos hierve distintos tipos de carne y verduras. Ellos lo aman y pueden comerlo tranquilamente sin tomar un sorbo de agua.

Shanghai nos resultó fascinante, gigante, moderna, internacional y llena de atracciones. A la vez, bastaba con meterse en alguna calle menos turística para encontrarse de nuevo con la China de los olores fuertes, las lámparas rojas y los restaurantes con carteles luminosos. 

Beijing es China. Pasamos seis días de 10 grados bajo cero en los que nos dimos cuenta que todo lo que habíamos imaginado de este país, ahí estaba. La tradición más profunda y arraigada, las instituciones, la cultura y la historia.

Estamos felices de haber podido recorrer tanto y vivirlo bastante más como locales que turistas. Cumplimos sin duda la mayor meta que teníamos al venir: intentar conocer la cultura desde adentro y viajar lo más posible.

¿Cómo fue la relación con la gente con la que trataron en este año? ¿Cómo se supera la barrera del idioma?

Los chinos son distintos a nosotros. En este caso, ellos son los locales y, nosotros, los diferentes. Con la gente que nos relacionamos nos llevamos bien, logramos adaptarnos a costumbres y formas de actuar que nos siguen impactando aún cuando las logramos entender. Son culturas muy distintas. 

Ellos respetan mucho las jerarquías y siguen los valores tradicionales de familia y las escalas sociales.

La posición de la mujer fue tomando más relevancia en la China moderna pero sigue siendo considerada inferior y de menor valor que la del hombre

Tuvimos la impresión de que la China del confucianismo, en donde la mujer debía obediencia al padre, al marido y al hijo varón, no quedó todavía atrás, en especial en las zonas rurales y en las ciudades con escaso contacto extranjero.

Por ejemplo, los matrimonios arreglados por los padres disminuyeron pero siguen teniendo fuerte valor económico y la familia del marido debe pagar a la de la esposa, quien, general, vivirá con sus suegros después del casamiento.

Una amiga china nos dijo: “¿Love? That’s not so important here”. A la vez, se sorprendía porque nosotros no estábamos casados todavía

Solíamos salir a caminar a la tardecita, hora en la que muchos chinos hacen la salida post cena (normalmente comen a las 6/7 de la tarde) y ahí podíamos ver la vida diaria tal cual es en una ciudad de provincia. Hombres sin remera rascando sus panzas, cientos de mujeres en grupo bailando en la calle al ritmo de alguna canción típica, miles de motos pequeñas, scooters y bicicletas que viajan a toda velocidad, personas en cuclillas comiendo en medio de cualquier vereda, jóvenes hipnotizados con el celular y gente entrando y saliendo sin parar de cada restaurante local, no importa si es grande, chico, horrible o lujoso. 

En cuanto al idioma, llegamos pensando que el inglés nos iba a servir más pero la realidad es que, excepto en los lugares más turísticos, casi nadie podía entendernos. Las señas y el traductor fueron nuestros aliados para conseguir casi todo lo que necesitamos

Cuando ya llevábamos cuatro meses acá, empezamos clases de chino y, aunque no podemos comunicarnos con fluidez, nos sirvió para bastantes cosas de la vida diaria.

¿Qué les pareció la sociedad china y cómo ven su presente y su futuro?

Trabajo incansable, tradición y seguridad son tres palabras que se nos vienen a la mente. Desde Argentina podemos ver cómo los supermercados chinos permanecen abiertos todo el día, hasta tarde y los fines de semana sin descanso. Acá todo es así. No hay días hábiles o fin de semana para los comercios y el movimiento en la ciudad es prácticamente el mismo cualquier día. 

Los chicos van muchas horas al colegio y tienen actividades extra como idiomas, deportes, música, danzas, artes marciales y más. Viven realmente con rutinas sobrecargadas y creemos que la mayoría de ellos casi no descansa. Sin duda, los padres hacen esfuerzos extraordinarios para darles lo que probablemente ellos nunca hubieran aspirado a tener.

Es un país extremadamente seguro, en donde el índice de delincuencia es bajísimo, y la gente camina en paz por cualquier lado. Nos hemos olvidado cosas en lugares y, al volver, ahí estaban. Caminamos de noche con total tranquilidad porque sabemos que nada puede pasar

En el supermercado pagás tus productos sin ayuda de nadie y con el celular. Las bicis estacionadas por días en el mismo lugar sin que nadie siquiera las mire. Los chinos respetan y temen a las autoridades que, por lo que entendemos, muestran no ser muy simpáticas con quienes no obedecen.

El futuro se ve muy próspero, un país creciente, más educado y poderoso. Las ciudades avanzan por minuto y, el trabajo, calificado o no, abunda. Los sueldos suelen ser bajos pero vivir básicamente es barato y todos tienen acceso a una vivienda y comida todos los días. 

Año tras año China crece en todo sentido y sus construcciones monumentales acompañan este proceso que no va a dejar de sorprender a quienes la visiten.

¿Cómo viven el Mundial de Basquet y la participación de la Selección Argentina?

El Mundial de Básquet es, sin lugar a dudas, el broche de oro. Por primera vez en un año entero encontramos grupos de argentinos para charlar, compartir momentos y vivir por primera vez en nuestras vidas una copa del mundo.

Lo que sentimos en los partidos con Venezuela y con Polonia (Argentina lleva ganados los cinco primeros partidos que disputó y se clasificó a cuartos de final del torneo), sentados atrás del banco de Argentina, rodeados de colores celeste y blanco, cantando y acompañando a los jugadores es la experiencia perfecta para cerrar un gran año cargado de emoción y felicidad.

Ahora, en unos días, emprenden el regreso a casa. Las familias de ambos los esperan, tan ansiosos como orgullosos, para estrecharlos en un abrazo que planean desde hace meses. En Pergamino están sus raíces, su pista de aterrizaje, el lugar donde siempre podrán volver después de volar.

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