Hay viajes que llevan la experiencia turística a un nivel superior. Es lo que te proponemos hoy... Te invitamos a compartir un crucero por el Danubio Azul, recorriendo Francia, Alemania, Austria, Eslovaquia, Hungría... Todo dependerá del itinerario elegido, ya que el Danubio es uno de los ríos más largos de Europa y recorre distintas ciudades europeas.
Un crucero por el Danubio Azul es una experiencia encantadora que te permite explorar algunas de las ciudades más hermosas de Europa mientras navegas por este famoso río. El Danubio Azul es conocido por su agua cristalina y su belleza escénica. Aquí tienes una descripción general de lo que puedes esperar en un crucero por el Danubio Azul.
Qué vas a encontrar en esta nota:
Crucero por el Danubio
Desde el Rin hasta el Danubio, pasando por el Meno, podrás admirar la belleza de paisajes idílicos alrededor de estos ríos que forman un vínculo entre pueblos, culturas y tradiciones.
Francia, Alemania, Austria y Hungría revelarán su historia y su rico patrimonio en una escapada transeuropea única.
”El amplio mundo, solo los ríos pueden enseñártelo en la tierra y en el cielo solo las aves migratorias. Los ríos son aguas migratorias, mensajeros del universo”
Jacques Lacharrière
Recorrer la parte más romántica y atractiva del Danubio, con todas las ventajas a bordo y sin preocuparse por nada, es una excelente propuesta para tus vacaciones en Europa.
Itinerarios de los cruceros por el Danubio
La oferta para el verano europeo es enorme y con diferentes recorridos que van desde un crucero de cinco noches hasta una travesía de casi todo el gran río Danubio, atravesando seis países durante 12 días.
Pero veamos en detalle lo que puedes encontrar si buscas cruceros fluviales por el Danubio:
- Itinerario: Los cruceros por el Danubio Azul suelen recorrer varias ciudades a lo largo del río. Algunas de las ciudades más populares que puedes visitar en un crucero por el Danubio incluyen Viena (Austria), Budapest (Hungría), Bratislava (Eslovaquia), Linz (Austria), Melk (Austria), y Passau (Alemania), entre otras.
- Duración: La duración de un crucero por el Danubio puede variar, pero típicamente varía entre 7 y 14 días, dependiendo del itinerario. Puedes elegir un crucero más corto si tienes tiempo limitado o uno más largo para explorar más a fondo la región.
- Alojamiento: Los barcos de crucero por el Danubio suelen ofrecer una variedad de categorías de camarotes, desde camarotes estándar hasta suites de lujo. Los camarotes suelen estar bien equipados y ofrecen vistas panorámicas del paisaje.
- Comida y bebida: La mayoría de los cruceros por el Danubio incluyen comidas a bordo. Puedes disfrutar de la cocina regional e internacional en los restaurantes a bordo, y algunos cruceros incluso ofrecen cenas temáticas y opciones de menú personalizado. También suelen tener bares y salones donde puedes relajarte y disfrutar de bebidas.
- Excursiones en tierra: Un punto destacado de los cruceros por el Danubio son las excursiones en tierra. Cada parada en el itinerario ofrece la oportunidad de explorar la cultura, la historia y los lugares de interés locales. Puedes visitar castillos, palacios, museos y otras atracciones.
- Entretenimiento y actividades a bordo: Los barcos de crucero por el Danubio suelen ofrecer entretenimiento nocturno, como música en vivo, espectáculos y actividades culturales. También pueden tener áreas de relajación, piscinas, jacuzzis y gimnasios.
- Clima: el clima a lo largo del Danubio varía según la temporada. Los cruceros son populares durante la primavera, el verano y el otoño, cuando el clima es más templado y agradable para explorar en tierra.
- Reservas y planificación: para realizar un crucero por el Danubio Azul, debes hacer reservas con anticipación a través de una línea de cruceros o una agencia de viajes. Asegúrate de revisar los detalles del itinerario, las opciones de excursiones en tierra y las comodidades del barco antes de hacer tu elección.
Un crucero por el Danubio Azul te brinda la oportunidad de explorar una parte impresionante de Europa, disfrutar de su historia y cultura, y experimentar paisajes hermosos mientras navegas por uno de los ríos más icónicos del continente.
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Cruceros fluviales: una opción que enamora
Los cruceros fluviales seducen a un creciente número de viajeros. Pero no hablaremos de los grandes cruceros sino de una de las mejores opciones, que une el placer de navegar en barco con el atractivo de conocer grandes y pequeñas ciudades, sin agobios y en una dimensión humana, con pocos pasajeros, como lo permite un crucero fluvial.
Sus ventajas son bastante evidentes. Un crucero fluvial es el más cómodo y despreocupado medio para conocer otros países, otras formas de vivir.
El hecho de recorrer Europa admirando ricas culturas, que se fueron originando al calor de las cuencas de sus ríos, es una experiencia tan atractiva como inolvidable
A bordo todo son facilidades. Se trata de unas verdaderas vacaciones en libertad deleitándose con el paisaje, charlando con los amigos y descansando. No hay que angustiarse para encontrar mesa en un restaurante, ni buscar transporte para ir más rápido o llegar a tiempo, no hay que estar pendiente de la seguridad.
En un crucero hay que olvidarse de hacer valijas después de cada etapa. Los camarotes y el propio barco ofrecen todas las comodidades posibles.
Beneficios del crucero fluvial
- Visitas a pie, ya que los muelles están en el corazón de las ciudades.
- Atmósfera familiar lo que permite mejor comunicación y convivencia con el resto del pasaje.
- Imposibilidad de marearse dada la estabilidad de cauces fluviales regulados por esclusas.
Las paradas de los cruceros fluviales por el Danubio
El recorrido permite conocer lugares con cierta magia, como el castillo de Durnstein, en el que estuvo
encerrado Ricardo Corazón de León a su vuelta de Las Cruzadas y que sólo su trovador supo encontrar, o la Abadía de Melk, que inspiró las intrigas de Humberto Eco y “El nombre de la rosa”.
Viena
En Viena se puede disfrutar de la bella arquitectura medieval, como el Palacio Imperial de Hofburg y la catedral Gótica de San Esteban. Conocerás grandes palacios imperiales, edificios de elegante arquitectura barroca, teatros y óperas, obras maestras del Art Nouveau, galerías y grandes colecciones de arte. Y también las mejores tiendas, las típicas tabernas de vino “heurigen”, los pequeños restaurantes “beisi” y los locales nocturnos más animados.
Melk
Melk es una coqueta ciudad con callejuelas empedradas y tranquilas plazas llenas de terrazas, pero sobre esa quietud que la haría igual a cientos de pueblos de Centroeuropa, destaca la descomunal abadía que inspiró a Humberto Eco para “El nombre de la rosa”.
La abadía benedictina de Melk debe su estado actual a la reconstrucción que se hizo a principios del siglo XVIII. La iglesia y los edificios que la rodean, incluyendo su espectacular biblioteca y el museo, son de estilo barroco, con los característicos colores dorados. Tan bella es la vista que ofrece alzándose sobre el risco que domina la ciudad, como la que se contempla desde su amplia explanada abarcando un meandro del Danubio.
Bratislava
Bratislava, la joven capital de Eslovaquia, es otra de las escalas. Visitar esta ciudad, tras la maratón de Viena o Budapest resulta un confortable paseo. Todo tiene una escala en miniatura, todo está próximo, todo es tranquilo y cordial.
El centro de la ciudad es peatonal y se vuelca a la orilla del Danubio. La catedral de San Martín donde durante casi tres siglos tuvieron lugar las coronaciones de los reyes húngaros, el Ayuntamiento antiguo, con su peculiar patio con arcadas, el Palacio Primacial y el Teatro Nacional son los edificios más representativos.
Pero la Bratislava más auténtica se descubre recorriendo sin prisas la calle Michalská o la Plaza Principal y sus coloridas terrazas, los callejones, como el Bastova, el más estrecho de la ciudad, los mercadillos que surgen en cada plazuela, las fuentes y las cervecerías donde se debe pedir vino eslovaco y no cervezas checas.
BudaPest
En BudaPest se puede disfrutar de una vista panorámica de los principales atractivos arquitectónicos y cruzar los puentes que unen a las ciudades de Buda y Pest. Una visita a Budapest no se entiende sin el recorrido por las joyas de Buda: el Bastión de los Pescadores, la iglesia Matias, el Palacio Real que hoy alberga varios museos, el barrio del Castillo o el Museo del Vino que permite por un precio único conocer y saborear hasta 50 variedades de deliciosos vinos húngaros.
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En Pest es imprescindible la visita al Parlamento, el Puente de las Cadenas, la Ópera, la Plaza de los Héroes, el Parque Municipal, el barrio judío, las calles Vaci y Andrássy y la plaza Vörösmarty.
Durante varios días se navega por este río que nace en la Selva Negra y fluye hasta el Mar Negro, cruzando numerosos países de Europa Central, admirando ciudades centenarias, castillos medievales, iglesias barrocas y hermosos palacios, así como algunas de las capitales más atractivas, según la duración e itinerario elegido.
Anota en tu lista de pendientes hacer este maravilloso recorrido.
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