La isla de Capri, famosa por sus bellezas naturales y una de las más visitadas de Italia, presenta una costa escarpada e irregular coronada por los famosos faraglioni, grandes escollos rocosos, e innumerables cuevas con hermosos juegos de luces. Qué ver en Capri, un lugar visitado por personajes importantes de todo el mundo, una pequeña joya que visitar al menos una vez en la vida.
Qué ver en Capri
En Capri encontrán los famosos Farallones y la Gruta Azul, además hoteles exclusivos, establecimientos balnearios de lujo, vistas panorámicas increíbles y hermosas playas.
Capri es una de las islas más bonitas del golfo de Nápoles. El flujo de turistas se reduce en otoño y la paradisíaca isla italiana adopta un ritmo más calmo que la hace aun más bella. El visitante que llega fuera de temporada alta lo descubre de inmediato.
El cielo cobra un azul profundo, la temperatura cae a 25 grados y aún es posible bañarse en el mar. Las uvas cuelgan de las pérgolas y Capri despliega todo su encanto. Para vivir a pleno la pintoresca isla del golfo de Nápoles, hay que recorrerla a pie.
Los caminos nunca son rectos en Capri: van oscilando entre paisajes de arbustos y bosques de encinas, con vistas ocasionales a la isla de Isquia, al continente o al lejano mar Tirreno
La isla de Capri queda a unos 40 minutos en ferry desde Sorrento, y a una hora en ferry desde Nápoles.
Qué vas a encontrar en esta nota:
La Gruta Azul
El espectáculo más famoso de Capri es la Grotta Azzurra, parte importante de la historia del turismo de la isla. Es un mito que perdura en el tiempo y sigue siendo uno de los destinos favoritos para los viajeros, los intelectuales y los representantes del jet-set internacional, que se encuentran a cualquier hora del día y de la noche, en la legendaria piazzetta, teatro de la dolce vita de la isla.
Las excursiones que parten de la “Marina Grande” para verla suelen estar abarrotadas en verano. En otoño, en cambio, se disfruta en toda su plenitud.
Después de unos minutos contemplando la misteriosa luz azul del agua es fácil olvidar que hay otras personas viendo el mismo espectáculo
Por lo demás, la isla tiene otras 65 cuevas, algunas tan impactantes como la Grotta Meravigliosa o la Grotta del Bove Marino. A unas se llega por mar y a otras por empinadas escalinatas. A la gruta azul se accede por un orificio de apenas 1,5 metros de alto.
Monte Solaro
Un teleférico que sale de Anacapri sobrevuela jardines privados hasta depositar al visitante en el Monte Solaro, en el sur. La montaña más alta de la isla, con 589 metros, suele tener en otoño diez grados menos de temperatura que la base y la cima se envuelve en nubes.
Cuando aparece el sol, el monte se convierte en la joya más admirable de Capri, con vistas que ninguna cámara podrá reflejar
Muchas personalidades célebres vivieron en la isla, comenzando por el emperador romano Tiberio. Su mansión en el siglo I se encontraba en Villa Jovis, hoy una ruina. Además de un paisaje soñado, los cercanos acantilados le aportaban al parecer otra ventaja: lanzar al vacío a los efebos que habían caído en desgracia.
Los Faraglioni
Los Faraglioni son las tres rocas de la postal de Capri. estas tres enormes rocas que permanecen en las aguas cercanas a la costa, no son otra cosa que las sobrevivientes de la erosión de la costa por el mar y el clima en el trascurso de los siglos.
A cada una de estas rocas gigantescas se le ha dado un nombre: la primera es la que está todavía atada a la isla y se llama Stella, la segunda está separada de la primera por una lengua de agua y se llama Faraglione di Mezzo, y la tercera se llama Faraglioni di Fuori or Scopolo, algo así como promontorio en el mar.
La Piazetta
Tras un día de maravillosas excursiones y recorridos conviene comenzar la noche en la “piazetta”, cuyo nombre oficial es Piazza Umberto I.
Los cafés ofrecen por lo menos tres aperitivos: carnosas aceitunas verdes, cacahuetes y “taralli”, una suerte de mini rosquilla. Se puede pasar horas degustando un vino y mirando a la gente pasar.
Entre los restaurants de moda destaca “Da Paolino”, donde se sirve al parecer el mejor “limoncello” (licor de limón) de la isla. Los famosos van también a “La Capannina”, por donde pasaron Giorgio Armani o Marcello Mastroianni.
El mejor pescado asado está en “La Fontelina”, frente a la famosa formación rocosa de Faraglioni.
Jardines de Augusto
Los Jardines de Augusto son una serie de terrazas floridas con vistas a los farallones por un lado, la bahía de Marina Piccola y las curvas de Via Krupp por el otro.
Es una de las zonas más visitadas de Capri, sobre todo a pie, para disfrutar de las calles tranquilas, las vistas y esa sensación de caminar por un lugar maravilloso. La entrada cuesta 1,5 euros por persona.
Compras en Capri
La visita de famosos es tradición en Capri. Si la isla recibía antes a estrellas como Liz Taylor, Brigitte Bardot y Kirk Douglas, hoy sirve de descanso a Julia Roberts o Demi Moore. También a millonarios rusos o árabes. Lo que explica las tiendas de joyerías y diseñadores en la famosa “Via Camerelle”.
Además de los atractivos culturales, de la fascinación del mar y de la naturaleza, Capri es un lugar caro pero excelente para ir de compras.
A lo largo de las estrechas calles se encuentran elegantes boutiques y tiendas de artesanía que ofrecen productos made in Italy y productos típicos.
Algunos hoteles célebres son el “Grand Hotel Quisisana”, el elegante “Punta Tragara”, con vista a Faraglioni, o “Capri Palace” en la zona de Anacapri, famoso por su cocina.
En general, también los hoteles más modestos están bien cuidados y en todas partes se encuentra una buena “trattoria” para comer pasta casera o pescado.
Cómo llegar a Capri
La isla no tiene aeropuerto, así que tu única opción es llegar por mar. Hay muchas compañías de ferries que conectan las principales ciudades italianas, Nápoles, Salerno, Sorrento, Amalfi y Positano, con la isla.