Una formación con tres vagones de madera Le Brugeoise, que salieron de circulación de la línea A del subte en enero de 2013, recorrerán nuevamente las vías este sábado 2 de septiembre.
Después de cinco años de inactividad, los centenarios vagones de madera belgas volverán a circular por la línea A de subte este sábado a la noche, en el que será el primero de los cuatro paseos que se harán hasta fines de 2017 y al que los vecinos podrán acceder anotándose a través de Internet.
"Queremos que los más chicos vivan la experiencia de recorrer la Ciudad en estos coches centenarios y que los más grandes revivan un viaje al pasado inolvidable", expresó Franco Moccia, ministro de Desarrollo Urbano y Transporte porteño, a cargo de la puesta en funcionamiento.
Para la realización de este proyecto se convocó a un grupo de expertos en restauración de madera y platería, mecánicos y electricistas.
“En el marco del Plan de Gestión Cultural y Patrimonial venimos llevando a cabo la recuperación de los coches La Brugeoise. Hasta el momento se restauraron cuatro, con el fin de devolverle su aspecto original”, señalan desde SBASE.
Lo que se busca es recuperar un emblema del viejo Buenos Aires para que los turistas, los chicos que no los vieron andar o los amantes de los recuerdos se den el gusto de recordar viejos tiempos.
Es que después de su salida de circulación el 11 de enero de 2013 -tras 99 años, un mes y diez días de servicio-, los vagones en servicio regular más antiguos del mundo fueron enviados a los talleres El Polvorín, en el barrio de Caballito, y reemplazados por formaciones cero kilómetro y con aire acondicionado traídas desde China.
Los trabajos de acondicionamiento incluyeron el reemplazo de piezas desgastadas -como las lengüetas de cuero para abrir las ventanas o las correas que sostienen las anillas para sujetarse- y el agregado de refuerzos en puntos clave para evitar la clásica oscilación que tenían cada vez que los coches "doblaban" en las curvas de las vías.
También volvieron a pintarse con los tradicionales colores gris, azul y amarillo, y a la pintura se le aplicó un tratamiento ignífugo, y las maderas de sus interiores fueron barnizadas nuevamente.
Desde el punto de vista de técnico y de seguridad, también fue necesario hacer otras modificaciones que hicieran posible su circulación.
Para esto se cambió la tensión de los coches de 1.100 voltios a 1.500, que es la potencia con la que circulan las unidades nuevas, se modificó la medida de la trocha y se le agregaron sistemas de seguridad: luz de emergencia y enclavamiento de puertas, lo que impide que el coche arranque si hay alguna que no haya cerrado.