La capital alemana tiene una enorme historia que contar a sus visitantes. Dividida por el Muro durante 28 años, en la actualidad los edificios de arquitectura moderna, crean un ambiente especial donde lo clásico se mezcla con lo moderno.
Los rastros del muro forman el mejor de los museos en el que se pueden revivir tiempos de angustia por la división y los campos de concentración exponen sus secretos mejor guardados sobre las consecuencias de un fascismo exacerbado donde el terror mantuvo a la ciudad oculta por el miedo.
Pero Berlín ofrece mucho más que esa terrible historia que no debemos olvidar y aquí te contamos sobre algunos barrios imperdibles de Berlín:
Mitte: céntrico, dinámico, divertido. Hasta la caída del muro, Mitte era un barrio pobre e industrial, de edificios en ruinas y muy decadente. Con la reunificación llegaron a vivir los artistas y creativos, debido a las rentas baratas.
Hoy, además de ser el centro neurálgico, es el barrio de moda, del arte y del diseño, de los bares más cool y la noche más estridente. También, es el distrito de los monumentos, los edificios de gobierno, los museos clásicos y los sitios históricos.
Tremendamente dinámico, quienes viven desde hace años en Berlín le huyen por su ruido y movimiento, y los recién llegados sueñan con vivir acá.
Kreuzberg-Friedrichshain: vibrante, multicultural, desenfadado. En Kreuzberg se respira un aire rebelde y creativo.
Se encuentra en el centro de Berlín, a ambos lados del Spree. Se trata de uno de los distritos más interesantes y fascinantes de Berlín. Su urbanidad, vivacidad y diversidad se siente a cada paso.
El famoso símbolo del distrito es el puente Oberbaumbrücke, patrimonio nacional, con sus dos imponentes torres. Artistas, estudiantes y gente joven conviven y filosofan en las terrazas de los bares y en los jardines alrededor del canal.
Sin duda es el lugar preferido para salir por la noche. Del otro lado del Oberbaumbrücke, se encuentra Friedrichshain, similar a Kreuzberg pero más familiar.
Prenzlauer Berg: moderno, joven, arty. Similar a lo que pasó con Mitte, después de la reunificación y debido a los alquileres baratos, este barrio de pasado soviético atrajo a una multitud creativa y con pocos recursos: artistas, diseñadores, intelectuales.
Hoy es un lugar caro y exclusivo, de estudiantes con dinero y padres jóvenes. Parques, interesante arquitectura, comida orgánica y gente cool.
Charlottenburg: aristócrata y tradicional. El sello oeste sigue en los edificios y atmósfera de este barrio, que recibió poca influencia de los movimientos creativos del este. Es donde se encuentra la calle más comercial de la capital alemana: Kurfürstendamm Boulevard.
Schöneberg: tranquilo, auténtico, gay. Durante muchos años fue elegido para vivir por numerosas personalidades del mundo del arte, la literatura y la música. De hecho, la que fue casa de David Bowie e Iggy Pop es ahora algo así como un sitio de culto.
Hoy es un barrio con encanto que mantiene cierta elegancia; de gente grande, calles arboladas y restaurantes pequeños de todo el mundo.