Cerdeña sorprende al visitante con sus contrastes naturales, luces y colores de una región de antiguas tradiciones, en una naturaleza virgen y salvaje. Rodeada de un mar de color esmeralda, con grandes y pequeñas calas de arena blanca, esta isla regala al visitante un ambiente natural único, suave y rudo al mismo tiempo.
Cerdeña
"La vida en Cerdeña es probablemente lo mejor a lo que pueda aspirar el hombre: 24 mil millas de bosques, campos y costas, rodeadas de un mar milagroso, es lo que yo le recomendaría a Dios que nos diera como paraíso", escribió el cantautor italiano Fabrizio De André.
Su frase resume la fascinación que genera esta isla italiana enclavada en el Mediterráneo.
Cerdeña es uno de los principales centros turísticos de la región. La primera razón es el azul turquesa único de su mar, que deviene en mil y una tonalidades en los cientos de playas, calas y puntas rocosas ubicadas en sus 1.850 kilómetros de costa.
La Costa Esmeralda, cuenta con una pequeña joya como Porto Cervo, por poner sólo un ejemplo.
Porto Vecchio es considerado el puerto turístico mejor equipado del Mediterráneo. Porto Rotondo es también una localidad famosa, frente al Golfo de Cugnana, con numerosas plazas y villas situadas en una magnífica naturaleza.
Aquellos que prefieren las montañas, pueden ir a explorar la región Gennargentu, el mayor grupo de montañas de Cerdeña, con su paisaje pictórico, donde la naturaleza ocupa un lugar preponderante.
Entre sus maravillas, Cerdeña ofrece al visitante los complejos nurágicos esparcidos por todo el territorio: son monumentos únicos en el mundo que sirven de testimonio de una cultura antigua y misteriosa, que va del siglo XV al VI a.C.
Los nuraga, construidos con grandes bloques de piedra, se desarrollaron en torno a una torre central en forma de tronco de cono, que transmite solidez y potencia. Se trata de yacimientos arqueológicos donde aún hoy se pueden encontrar signos de antiguos rituales y de la vida doméstica.
Entre todos ellos, el complejo de Barumini, en la provincia de Cagliari, figura en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Buscá un hotel o casa que tenga salida directa al mar y si preferís las playas sin muchedumbres, no vayas entre julio y agosto.
La mejor manera de conocer Cerdeña es por mar. Alquilá un gomón y visitá las grutas de Neptuno. Se puede acceder por mar o con esfuerzo, a través de los 665 escalones de la escala del Cabirol.
¿Cómo llegar?
Hay ferrys y vuelos desde casi todos los países cercanos. Aunque el ferry demora más, también es un paseo disfrutable. Podés elegir viajar de noche y por un poco más de dinero pagar una cabina en la que se puede dormir cómodamente.