La Legislatura porteña aprobó, en primera instancia, dos códigos que prometen cambios sustanciales para la Ciudad de Buenos Aires. Estas dos son el Código de Urbanización y el Código de Edificación, que pretende modificar la norma que establece de qué manera se construye y con qué materiales.
Estos cambios son muy novedosos respecto de lo que venía ocurriendo históricamente: estarán habilitados los baños mixtos, va a dejar de ser una obligación construir una vivienda para el portero de los edificios y se permitirán las ventanas en las medianeras, que actualmente se encuentran terminantemente prohibidas.
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Este nuevo proyecto fue aprobado con los votos oficialistas y ahora tiene que ser debatido en audiencia pública para luego pasar por una segunda votación en el recinto.
Uno de los cambios más importantes que pretende esta modificación es eliminar la obligación de construir una vivienda exclusiva para los encargados de los edificios. Los que promovieron la iniciativa aseguran que de esta forma las expensas bajarán sus costos.
Con esta nueva ley, se reemplazará la actual vivienda por un vestuario, que será el lugar para que el encargado pueda asearse. De esta manera, en un futuro, los consorcios podrán optar entre tener un encargado full time o no.
“El Código de Edificación va a tener un impacto directo sobre las expensas, sobre todo en las construcciones nuevas”, explicó el vicepresidente 1° de la Legislatura porteña, Francisco Quintana.
Además, se le suma otra modificación importante que seguro dará que hablar y las repercusiones no van a tardar en llegar. El nuevo Código permitirá que los restaurantes, bares, shoppings y demás establecimientos comerciales pueden tener baños unisex.
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La reglamentación que está vigente en la actualidad obliga a que todos los locales cuenten con toilettes separados por género: para hombres y para mujeres. Hoy, la única manera para que puedan ser mixtos es que los baños sean utilizados de una persona por vez. Lo que sí está permitido es que el espacio se los lavatorios sea compartido.
Cuando la nueva ley se apruebe, se eliminarán los sanitarios diferenciales para aquellos que sólo deseen tener uno.
Por su parte los shoppings y los locales de más de 2.000 metros cuadrados tendrán que construir un “baño familiar” por cada nivel de acceso al público. Este deberá incluir un inodoro y un lavabo para chicos, otro para adultos y un cambiador para bebés. Con esto, se eliminará el sexismo implícito en el hecho de que los cambiadores para bebés están, en la mayoría de los casos, en los sanitarios de mujeres. Sin dudas esta medida promueve la igualdad de género y apuesta por la deconstrucción de los lugares asignados a hombres y mujeres.
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La norma también pretende regularizar cuestiones que existentes en la actualidad. Por ejemplo, autoriza los revestimientos secos y otros materiales y tecnologías. Además, “blanquea” las ventanas en las medianeras: hoy la ley las prohíbe completamente, pero abundan en varios edificios de manera ilegal.
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