Debajo de un amplio cielo azul, donde se combina el mar y el desierto rodeado de hermosas montañas y acantilados de piedra, y a unos pasos de la frontera con Estados Unidos está Tecate, una pintoresca ciudad novohispana que se distingue por su paz y tranquilidad. Lo acompaña el Cerro Cuchumá, la montaña sagrada para los kumiai. El suelo de este pueblo mágico está cubierto de bosques de pino y encino, de vides y olivos.
Aunque se considera que la fundación oficial del pueblo se celebró el 2 de abril de 1888, los primeros datos de colonización en Tecate datan de la época de las misiones en el siglo XVIII. Tiene un clima mediterráneo, con pocas lluvias durante el año, las cuales ocurren principalmente en invierno y en menor medida en primavera y otoño y una cálida temperatura, lo que la convierte en un centro turístico durante todo el año.
En este ciudad que palpita vida en paz, se hace pan, se camina alrededor del Parque Miguel Hidalgo y se viaja en tren. Pero, sobre todo, aquí se viene en busca de calma, de esos ranchos a manera de hoteles, o para relajarse en spas donde el cuerpo descansa.
Sin embargo, quien esté buscando actividades diferentes, aquí puede realizar trekking, u salir a caminar y observar los increíbles paisajes de La Rumorosa con sus rocas gigantes, que es uno de los paisajes más impactantes del país. La Rumorosa es una localidad, entre Mexicali y Tecate, la cual está ubicada en la parte más alta de la región.
Desde las rocas más altas se alcanza a ver hasta la Laguna Salada. También se puede pasear por la Zona Arqueológica Vallecitos, donde se pueden encontrar más de 18 conjuntos de pinturas rupestres y petroglifos.
Existen lugares para acampar y también para hacer algo de ciclismo de montaña. Allí se pueden visitar numerosos ranchos de cultivo dónde su gente ha aprendido a fabricar vino y cerveza.
Uno de los lugares que hacen más cálido y amigable a Tecate es el zócalo, su famoso parque Miguel Hidalgo es donde se centran los turistas y locales para disfrutar de una tarde bajo la sombra de sus árboles grandes.
En el kiosko tan representativo de la ciudad, a veces se realizan festivales y eventos y por supuesto si el clima cálido lo amerita, es “de ley” probar una rica nieve o tejuino en alguno de los negocios cercanos.
Visitar Tecate también implica adentrarse en el corazón de Baja California a través de sus sabores. Se sabe que la gastronomía en el corazón de Baja California se vive, se siente y se prueba hasta el último paladar. Hecho desde el corazón de sus chefs, mismo que provoca que quieras regresar pronto.
Tecate es sin duda una de las ciudades que se perfila a ser de las favoritas también por su gastronomía. Definitivamente ir a esta ciudad va más allá de pasar por su buen pan, ahora te invita a quedarse y vivir experiencias completas en cada restaurante.
Por otro lado, también es posible conocer la estación del Ferrocarril Tecate, construida en 1915, que marcó el origen del desarrollo industrial de la ciudad y de gran parte de la región. Junto con la cervecería y una antigua cafetalera de mediados del siglo XX forman parte de uno de los inmuebles de mayor valor cultural y arquitectónico de la ciudad.
Para completar el paseo, solo queda recorrer la casa de artesanías y adquirir las piezas de arte popular en barro, vidrio soplado, cerámica y mimbre en este centro artesanal y de fabricación de cerámica que exporta y es reconocido mundialmente
Una experiencia única en los Pueblos Mágicos de México para quien decida conocer Tecate, el corazón de Baja California.