La antigua ciudad de Petra, excavada en la piedra hace más de mil años, ha sido la imagen más famosa de Jordania durante mucho tiempo. Es una ciudad de color rojizo, casi tan antigua como el mismo tiempo.
Las gigantescas montañas rojas y los inmensos mausoleos de un tiempo perdido poco tienen que ver con nuestra civilización moderna, y no piden más que ser apreciados por su verdadero valor: como una de las mayores maravillas jamás creadas por la Naturaleza y el Hombre.
Pese a los ríos de tinta sobre Petra, nada nos prepara para este impactante lugar. Hay que verlo para creer
Podés leer: Viajar a Egipto: cómo planear una aventura llena de magia
Petra es el tesoro más preciado de Jordania y su atracción turística más importante. Es una enorme ciudad excavada por completo en las rocas por los nabateos, una tribu árabe muy trabajadora que se estableció en la zona hace más de 2.000 años.
La entrada a la ciudad se realiza a través del Siq, un estrecho cañón, de un kilómetro de longitud, rodeado por acantilados que se elevan hasta los 80 metros de altura. El simple hecho de caminar a través del Siq es una experiencia inolvidable. Los colores y las formaciones de las rocas son deslumbrantes. Cuando llegues al final del Siq vislumbrarás por primera vez la fachada llamada Al-Khazneh (el Tesoro).
Es una experiencia imponente. Una inmensa fachada, de 30 m de ancho y 43 m de alto, excavada en la cara rocosa de rosa pálido eclipsa todo a su alrededor. Se construyó en el siglo I como la tumba de un importante rey nabateo y es una muestra del talento para la ingeniería de este antiguo pueblo.
Puede interesarte: 6 museos abrirán sus puertas en 2019: conocé cuáles son
El Tesoro es la primera de las muchas maravillas que se encuentran en Petra. Necesitarás al menos cuatro o cinco días para conocer la ciudad a fondo. Según se accede al valle de Petra, el visitante quedará sobrecogido por la belleza natural de este lugar y su impresionante arquitectura.
Podés leer: Tips para viajar: recomendaciones y consejos para ir a Egipto
Existen cientos de elaboradas tumbas excavadas en la roca con complicados grabados y 500 han sobrevivido, vacías, pero irremediablemente cautivadoras al pasar por sus oscuras entradas. También hay un gran teatro construido por los nabateos de estilo romano, con capacidad para 3.000 personas.
Seguí leyendo: Hermosa Jordania: en la encrucijada entre Asia y Europa, se siente segura y liberal
Hay obeliscos, templos, altares para sacrificios, calles con columnas y a gran altura, dominando el valle, se eleva el impresionante monasterio Ad-Deir.
Algunos consejos
El mejor momento para visitar Petra, sobre todo si tenés pensado tomar fotografías, es desde primera hora de la mañana hasta media mañana o a última hora de la tarde, cuando la inclinación de los rayos solares resalta los colores naturales de las rocas
No olvides llevar calzado cómodo para andar, una gorra para protegerte del sol y agua de sobra para beber.
Dentro del recinto, varios artesanos de la ciudad de Wadi Musa y del cercano asentamiento beduino montan sus pequeños puestos para vender artesanía local, como cerámica y joyería beduina, además de botellas de arena de colores de la zona.
No se permite el acceso al recinto a vehículos motorizados. Si no querés caminar, alquilá un caballo o un carruaje tirado por caballos para recorrer el Siq, de 1 kilómetro de longitud.
Para las personas mayores o discapacitadas, el Centro de visitantes situado cerca de la entrada al Siq, otorga un permiso especial (por un precio adicional) para su traslado hasta el interior de Petra y la visita de las principales atracciones. Una vez dentro del recinto, podés alquilar un burro o si buscás un poco de aventura, un camello. Las dos opciones incluyen el acompañamiento de un cuidador y recorren las rutas del sitio.