Si los mercados son el reflejo de una ciudad, el de Chelsea representa sin duda la variedad de la Gran Manzana y es una visita imprescindible para conocer, pasear, sentarte a comer o aprovechar una mañana fría o de lluvia en Nueva York.
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El Chelsea Market y la High Line han conseguido poner de moda este barrio -el Meatpacking District- que vive una nueva juventud. Recorrerlo, comprar algo en el mercado y hacer pic nic en la High Line, es un programa maravilloso.
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El Chelsea Market está situado muy cerca del río Hudson, en el sofisticado y recuperado Meatpacking District, que en 1890 era el barrio de los mataderos y el suministro de carne.
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En el Chelsea Market se inventaron y produjeron por primera vez las galletas Oreo, en 1912, cuando el mercado era todavía la fábrica de Nabisco. Mirá los dibujos y referencias a las galletas en las paredes.
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El mercado ocupa una manzana completa, entre las calles 15 y 16 y las avenidas 9 y 10.
La planta principal está dedicada al mercado y sus tiendas, y en los pisos superiores hay oficinas de empresas como Youtube o Google.
Es muy recomendable darse una vuelta por el complejo admirando ciertos detalles que han dejado de la antigua fábrica y aprovechar para comprar algo para comer luego en la High Line, o volver para comer al finalizar este paseo.
La fábrica de galletas ya no está, pero tras la renovación del edificio, el Chelsea Market mantuvo el estilo, con altos techos y paredes de ladrillo visto surcadas por cañerías, donde todo queda expuesto a los visitantes.
El amplio pasillo que recorre el mercado de punta a punta está colmado de curiosidades: relojes, lámparas, exposiciones y decoraciones que van cambiando, como todo en Nueva York, según el momento del año.
Si salís del Chelsea Market por la 10th avenida entre las calles 15th y 16th, yendo a la derecha, justo en la esquina de la calle 16th se encuentran unas escaleras y un ascensor que te llevan directo a la High Line, donde podrás hacer un picnic con las delicias compradas.
