Llegó el momento tan esperado y la zona está llena de turistas que buscan llevarse la imagen de esta majestuosa ruptura que desborda la emoción. El maravilloso glaciar es como un edificio de 60 metros de altura, con 168 metros que se hunden abajo del agua.
La secretaria de Turismo de Santa Cruz, Laura Santiago, consideró que el proceso de ruptura "demuestra que el Glaciar está más vivo que nunca". Y agregó:
"No hay que perderse este espectáculo mundial, que está en nuestra provincia y es único en el mundo"
El glaciar está cerrado desde octubre del año pasado a la espera del desmoronamiento, que en febrero parecía inminente porque el nivel del brazo Rico era de 8,60 metros, una marca mayor a la de los últimos dos rompimientos anteriores e inferior a la actual, que es de 10,50 metros.
Carlos Corvalán, intendente de ese parque, aclaró que por razones de seguridad "no se permitirá que los visitantes pasen la noche en el lugar esperando la ruptura".
La última ruptura, que se produjo en 2012, fue en horas de la madrugada y por ese motivo no pudo ser observada por los miles de turistas que habían llegado al lugar.
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