El Papa Francisco celebrará este fin de semana la canonización de José Gabriel Brochero, el "cura gaucho" que se convertirá en el primer hombre nacido y muerto en Argentina en ser proclamado santo.
Brochero fue beatificado en septiembre del año pasado, y luego Francisco firmó el decreto que reconoce un milagro por la intercesión del beato argentino. Lo hizo tras recibir al prefecto de la congregación de las Causas de los Santos, el cardenal italiano Angelo Amato.
El cura Brochero o el "cura gaucho", como se le conocía, nació en Villa Santa Rosa (Córdoba) en 1840 y desarrolló su actividad pastoral en las sierras cordobesas hasta su muerte en 1914 en Villa del Tránsito, hoy Villa Cura Brochero.
El cura gaucho asumió como suyas las necesidades de la gente. Con sus manos y la colaboración de los feligreses, construyó iglesias y capillas, levantó escuelas y abrió caminos entre las montañas
El último milagro reconocido fue la curación de la niña Camila Brusotti, de 9 años, que volvió a caminar tras una golpiza familiar que le provocó un infarto cerebral.
Al Cura Gaucho se le atribuyen dos milagros. Brochero fue beatificado en septiembre 2013, cuando se reconoció su intercesión en la curación de Nicolás Flores, un chico de 11 meses que había quedado al borde de la muerte tras sufrir un severo accidente de tránsito, en septiembre de 2000. La criatura llegó a tener tres paros cardiorrespiratorios con pérdida de masa ósea del cráneo y masa encefálica.
En el momento en que se produjo el accidente, su padre Osvaldo, que había salido ileso, vio a la criatura bañada en sangre y rezó a Brochero que le salvara la vida.
La recuperación milagrosa de Camila y Nicolás no tienen explicación científica
Tras ser internado, todos los pronósticos apuntaban que, si se recuperaba, Nicolás no iba a poder ver, escuchar, hablar ni caminar. Pese a ello, el pequeño sanó y tuvo una recuperación milagrosa. Llegó a recuperar la masa ósea en seis meses, sin intervención quirúrgica de por medio. En 2012, una junta médica avaló esta teoría al declarar que la recuperación carecía de explicación científica. Durante todo este proceso, hubo varias oraciones al cura Brochero.
El segundo caso que se le atribuyó recientemente es el de Camila Brusotti. A los ocho años, la niña padeció una brutal paliza a manos de su madre y su padrastro, lo que la dejó inconsciente y permaneció más de dos meses en terapia intensiva.
Como en el caso de Nicolás, la niña estuvo a punto de morir y, por un hecho sin explicación científica, inició "una recuperación meteórica a principios de enero de 2014", apenas tres meses después del ataque. Entonces comenzó a caminar sola, hablar con fluidez e interactuar con su familia. Los otros familiares y amigos de Camila eran muy creyentes, y durante el tiempo de internación rezaron mucho e hicieron que interviniera el cura Brochero. Hoy, la nena se sigue recuperando de algunas dificultades motrices pero desarrolla una vida normal.