- Viajar liviano de equipaje
La decisión de cargar poco equipaje no solo nos permitirá movernos con mayor libertad, especialmente útil a la hora de elegir medio de transporte ya que podremos hacer tramos en vehículos más sustentable como bicicleta o tren, sino que como suma de todo esto debemos tener en cuenta que menos peso significa menos huella de carbono, así de simple. Por otro lado, tener menos cantidad de equipaje nos va a ayudar a reducir la cantidad de desechos que generemos lo que colabora a seguir reduciendo la huella de carbono.
- Viajar despacio
El placer de viajar radica fundamentalmente en la suspensión de la premura, en aceptar la opción de detenerse o andar lentamente para calmar la mente y el espíritu y permitir de esa manera que las bellezas de los paisajes o ciudades lleguen hasta nosotros.
Para ello, podemos sentirnos libres de elegir siempre el medio más lento que en general suele ser el menos contaminante y así continuar con la lógica de la liviandad para reducir el impacto biológico.
- Reciclar o reutilizar los objetos de viaje
Desde que iniciamos el viaje, debemos tener en cuenta que podemos reducir la cantidad de residuos que generamos. Por ejemplo los envase reutilizables que podamos llevar con nosotros no solo nos facilitaran las cosas para beber y comer (cantimplora, vasos, platos y cubierto) sino que será un ahorro para nuestro bolsillo y un alivio para el planeta.
- Hospedarse en un lugar ecológico
La naturaleza, el espacio abierto, los lugares públicos, son óptimos para descansar en un ambiente propicio y con poco impacto ambiental. Pero no todos son amantes de dormir en una carpa. Pero siempre es posible alojarse en plena naturaleza, ya que hay lugares con cabañas o bungalows donde uno puede alojarse. De todos modos, no siempre el camping es la opción más sostenible ni segura. Es importante saber si el lugar donde vas a dormir, por más al aire libre que esté, respeta los procesos propios de la sustentabilidad en lo que respecta al uso de los recursos, como el agua, y al tratamiento de los residuos por ejemplo.
La idea está en tomar la precaución previamente y decidir dónde vamos a alojarnos y buscar aquellos lugares más ecológicos o, como mínimo, menos derrochadores.
- No derrochar recursos
Si bien es importante contar con el apoyo de los lugares donde vamos a alojarnos para cuidar los recursos, nosotros debemos hacer nuestra parte. No derrochar el agua o la leña al cocinar, es tan importante como el tratamiento de los residuos que haga el lugar donde nos hospedamos.
Por otro lado, el hecho de ser medido y cuidadoso en el uso de los recursos naturales no nos da crédito para hacer gastos desmedidos en otras áreas. El consumo responsable también implica no gastar dinero de más en compras innecesarias.
- Disfrutar lo local
Si intentamos alimentarnos en casa con productos de estación y lo más sano posible, entonces no hay porque cambiar eso cuando salimos de viaje. Al contrario, mantener esas premisas nos van a permitir sentirnos más cómodos con nuestro cuerpo y eso ayudará a que el viaje sea más placentero.
Ya sea que nos cocinemos nosotros mismos o que comamos en bares, restaurantes o en el mismo hotel, es importante conocer cuáles son los productos de temporada y platos típicos del lugar donde estamos y ajustar en la medida de lo posible nuestra dieta a ellos, sin perder de vista que la idea es mantener una alimentación sana. Siguiendo con la misma lógica al organizar el viaje, consideremos que conocer estos aspectos, desde cuales son los alimentos y cuales son los modos de cocinarlos nos permitirá disfrutar de la comida y no desperdiciarla.
- Practicar un ocio verde
Los viajes pueden estar planeados alrededor de una actividad saludable como por ejemplo hacer senderismo, o pueden incluir alguna actividad relacionada a la salud sin por eso ser el eje o motivo del viaje, como por ejemplo, largas caminatas por ciudades que deseamos conocer.
De cualquier modo, la actitud es tan importante como la actividad. De nada sirve hacer senderismo si vamos a ir dejando basura por donde pasamos.
Hacer un viaje a la naturaleza o a una ciudad implica ponerse en contacto directo con el entorno convirtiéndonos en viajeros y no en turistas.
Tengamos presente que el viaje siempre termina siendo una excusa para hacer una expedición por nosotros mismos.
¡¡Buena aventura viajeros!!