Idílicas y utópicas a la vez, las islas remotas que nos hacen soñar. Solo imaginar el contraste del azul turquesa con el blanco de la arena, y las palmeras y arrecifes de coral al alcance de la mano hace que estemos deseando estar descansando en una de ellas. Es indudable que no se necesita mucho más para alcanzar la felicidad.
Pero, si de todas las posibilidades de islas perfectas tuvieras que elegir solo 4, ¿cuáles serían? Eso le preguntó el sitio Kayak al periodista berlinés de viajes Stefan Weißenborn.
Y él les contestó con esta propuesta de las 4 islas paradisíacas que no podés perderte en la vida.
Paraíso 1: Isla Saona, República Dominicana
“La República Dominicana se hizo famosa por ser un destino para pasar unas vacaciones económicas en el Caribe, pero ahora destaca por ser un destino de lujo. Si de exclusividad de trata, está la Isla Saona, parte del Parque Nacional del Este y una de las más visitadas de la zona. También se pueden hacer excursiones de día en catamarán o barca de motor a esta isla de ensueño de 25 km de largo” explica Weißenborn.
Y agrega como para intentar terminar de convencernos (algo completamente innecesario) “Antes de llegar a este paraíso caribeño, los barcos paran en bancos de arena, una suerte de piscinas naturales de agua poco profunda en las que dejan a los turistas disfrutar del paisaje con una piña colada. Pero cuidado: si quieres ver delfines desde la superficie, pero también bucear para ver tortugas, lo mejor será que te mantengas alejado del alcohol”.
Paraíso 2: Ko Phi Phi, Tailandia
Tras el tsunami que arrasó las 6 islas tailandesas en el 2004, su recuperación ha sido no menos que espectacular y el turismo ha vuelto a la isla con cautela, pero sin dudarlo. Los barcos han retomado el recorrido de Krabi o Phuket a la isla principal, Phi Phi Don, atravesando el agua cálida y cristalina para llevar turistas a disfrutar del paraíso.
“Incluso Maya Bay, en Phi Phi Leh, que está cerrada casi por completo, se llena de turistas durante el día con la llegada de los barcos que van de paso a conocer la playa que fue escenario de la famosa película con Leonardo Di Caprio” dice el viajero alemán.
“Pero la vegetación tropical, las famosas formaciones rocosas de las islas, el mundo submarino y, además, la posibilidad de alojarse en una cabaña de bambú por unos cuantos euros, son el sueño dorado de las personalidades afines a Robinson Crusoe. Un viaje que definitivamente merece la pena hacer”.
Paraíso 3: Whitsunday Island, Australia
“Bienvenidos a Whitehaven Beach, la isla más blanca del mundo”, anuncia el capitán del vuelo antes de aterrizar - cuenta Weißenborn. “Y en efecto, sin gafas de sol, el reflejo de la luz solar sobre la arena te puede lastimar la vista. En Whitsunday Island, la arena está compuesta de cuarzo casi al 100%, y tiene otras características interesantes: no se calienta bajo el sol y cruje cuando caminas sobre ella”.
“Para alucinar con este trozo de paraíso increíble en todo su esplendor, te recomendamos recorrer sus 7 km de extensión y subir a la cima de Tongue Point, desde donde disfrutar de la vista más espectacular. En especial con la marea baja, el azul de sus aguas es de un turquesa muy intenso, y en las zonas poco profundas a veces se pueden ver tortugas; una verdadera maravilla de la naturaleza”.
Paraíso 4: Rodrigues, islas Mascareñas
A poco más de 3000 km del Océano Índico y no tan famosa como la Mauricio, la isla Rodrigues es una de las más pequeñas de las Mascareñas.
“Además del barco de abastecimiento que para en el puerto Mathurin un par de veces al mes, hay vuelos en aviones de propulsión de Air Mauritius. En los 8 km por 18 km que mide la isla tampoco faltan las imágenes de ensueño: desde playas extensas hasta una laguna azul tres veces más grande que la isla misma. Los amantes del esnórquel encontrarán todo lo que buscan en sus arrecifes de coral” dice el periodista.
Hay tours organizados a la cercana Ile aux Coco para el avistamiento de las múltiples aves únicas que ahí habitan. Incluso puedes encontrar cuevas de toba volcánica en esta isla encantadora que ha conservado su cultura creole.Las tortugas gigantes endémicas de esta isla ya están extintas, pero todavía puedes hacer una visita a François Leguat Giant Tortoise and Cave Reserve para ayudar a fomentar los esfuerzos de conservación de las especies locales o visitar una de las cuevas.