El término Millenials define básicamente al grupo de personas que nacieron aproximadamente entre 1980 y alguna fecha muy cercana al año 2000. Si bien los límites de calendarios suelen ser en estos casos bastante imprecisos, hay algunos puntos que indefectiblemente los vincula como generación.
Los Millennials crecieron en un mundo plagado de dispositivos electrónicos, cada vez más “on line” y vinculados socialmente por “la red”. Son la generación que ha recibido la mayor atención por parte del marketing y las estrategias de comercialización. Algo que comparten mayoritariamente es que al ser la generación de mayor diversidad étnica, los Millennials tienden a ser tolerantes con las diferencias.
Confiados en si mismos y concentrados en sus objetivos el problema de muchos millennials es que, al ingresar al mundo laboral o al estar rodeado de estudios, no suelen tener ni el tiempo ni el dinero para tener ningún tipo de viaje.
Pero esa generación confiada y emprendedora suele arreglar sus propios asuntos y no le falta voluntad para encontrar en las pequeñas acciones grandes ventajas y placeres.
Lo que les propone hoy Buena Vibra a ellos y a cualquiera que desee pasar unos momentos agradables, si bien no son viajes complejos, podríamos decir que son necesarios para cualquier millennial que necesite un descanso.
Estos viajes y vacaciones cortas recuerdan que no necesitamos estar demasiado lejos para disfrutar algo nuevo, y que la vida es un continuo descubrimiento.
1) Explorar el área que les rodea
Allí donde la ciudad comienza a desvanecerse y se va convirtiendo en campo o suburbios con pocas casas, empiezan a aparecer lugares donde se puede hacer un poco de actividad física, como por ejemplo senderismo a lo largo de un arroyo y luego seguir hacia un pueblo cercano.
Si las distancias son un poco excesivas quizás se pueda reemplazar el senderismo por un viaje en bicicleta. Debe planearse esto como una combinación de deporte y turismo por lo que no desesperarse si se demora en el recorrido, es parte del descanso necesario.
2) Una escapada de fin de semana
Un viaje corto puede planificarse y siempre hay destinos cercanos a nuestro hogar que pueden sorprendernos. Aunque sean solo dos días de descanso, o tal vez precisamente por eso ya que no se necesitará demasiado tiempo para trasladarnos, un pueblo de campo, una ciudad grande que no conocemos o alguna playa que no esté muy lejos, con el itinerario adecuado puede aportar unos agradables días de desconexión.
La premisa es que para estas situaciones cualquier lugar que sea distinto a la rutina es bueno. Con apenas un poco de investigación puede armarse un sencillo itinerario para esos pocos días de retiro.
3) Una “workation”
Cada minuto cuenta si se trata de tener una experiencia distinta. Y los viajes por trabajo pueden combinarse con unas pequeñas vacaciones de fin de semana. Por otro lado algunas empresas le dan la oportunidad a sus trabajadores de quedarse a pasar unos días en el lugar al que fueron enviados siempre y cuando cumplan con el trabajo que hacen todos los días.
Si bien los gastos van a ser un poco mas exuberantes que los de la rutina, esto puede ayudar a muchos a relajarse trabajando desde otros sitios.