La existencia de áreas para fumadores en los aeropuertos varía según el país, las regulaciones locales y las políticas del propio aeropuerto. Aunque muchas terminales han eliminado estas áreas en favor de entornos completamente libres de humo, algunas todavía las mantienen. Por qué la tendencia es a eliminarlas y cuál es la situación en los distintos continentes.
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Zonas de fumador en los aeropuertos: cada vez más prohibiciones
Muchos aeropuertos en países como Estados Unidos, Canadá, y la mayoría de Europa han prohibido por completo las áreas de fumadores dentro de sus instalaciones. En Estados Unidos, la mayoría de los aeropuertos grandes, como los de Nueva York (JFK, LGA), Los Ángeles (LAX) y Chicago (ORD), son completamente libres de humo.
Entre las razones de la prohibición, se destacan la protección de la salud pública, la mejora de la calidad del aire en interiores y el cumplimiento de leyes antitabaco nacionales o locales.
Algunos aeropuertos mantienen salas cerradas o áreas al aire libre para fumadores. Estas están generalmente separadas de las áreas principales para minimizar la exposición al humo. En Estados Unidos, aeropuertos como Hartsfield-Jackson Atlanta (ATL) tienen áreas designadas al aire libre.
En Europa, algunos aeropuertos como el de Múnich (Alemania) cuentan con áreas para fumadores.
En Asia, aeropuertos como Incheon (Corea del Sur) y Dubai (Emiratos Árabes Unidos) suelen tener áreas cerradas y ventiladas para fumadores.
En América Latina, algunos aeropuertos todavía tienen zonas de fumadores, aunque la tendencia está cambiando hacia instalaciones libres de humo. En México, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) tiene áreas al aire libre para fumadores.
Cómo afecta tu salud estar en zonas de fumadores
Estar en una zona de fumadores en un aeropuerto puede afectar tu salud de varias maneras, especialmente si estás expuesto al humo de segunda mano durante un período prolongado. A continuación, algunos puntos clave sobre cómo puede impactar tu salud:
- Exposición al humo de segunda mano: el humo de segunda mano contiene más de 7,000 sustancias químicas, de las cuales cientos son tóxicas y al menos 70 son cancerígenas.
- Problemas respiratorios: las toxinas presentes en las zonas de fumadores pueden irritar las vías respiratorias, causando tos, dificultad para respirar o molestias en personas sensibles.
- Riesgos cardiovasculares: Incluso una exposición breve puede afectar la función de los vasos sanguíneos y aumentar el riesgo de coágulos o ataques cardíacos.
- Riesgos para personas con condiciones previas, como asma o alergias: el humo puede desencadenar crisis asmáticas o alergias respiratorias. Las personas con enfermedades cardiovasculares pueden enfrentar mayor riesgo de complicaciones.
- Impacto a largo plazo: aunque la exposición breve no suele causar daños graves, la exposición repetida en estas áreas puede aumentar el riesgo de enfermedades crónicas, como cáncer de pulmón, enfermedades cardíacas y enfermedades respiratorias.
- Niños y mujeres embarazadas: Los niños y los fetos son particularmente vulnerables al humo de segunda mano, que puede afectar el desarrollo pulmonar y aumentar el riesgo de problemas de salud a futuro.
- Ventilación limitada: aunque algunas zonas de fumadores están ventiladas, la calidad del aire en estas áreas suele seguir siendo deficiente, exponiendo a quienes están cerca a partículas finas que pueden ingresar fácilmente al sistema respiratorio.
¿Cómo protegerte en una zona de fumadores?
Evita pasar tiempo en zonas de fumadores, incluso si están designadas como áreas separadas.
Si debes estar cerca, minimiza tu tiempo de exposición y busca un área bien ventilada una vez que salgas de la zona de fumadores.
Usa una mascarilla si eres particularmente sensible o tienes una condición médica que pueda agravarse por la exposición.
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