
Ubicada al noroeste de Argentina, Salta es una de las provincias más fascinantes del país por su combinación de paisajes imponentes, herencia colonial, tradiciones vivas y una identidad cultural que se mantiene intacta con el paso del tiempo. Conocida como “La Linda”, esta región ofrece al visitante una experiencia que va mucho más allá del turismo convencional.
En 2025, Salta se consolida como un destino imperdible para quienes desean explorar la diversidad geográfica del país, conectar con la historia de América Latina, y disfrutar de una de las gastronomías más sabrosas del continente. Ya sea que viajes en familia, en pareja o por tu cuenta, esta provincia te espera con los brazos abiertos y una lista interminable de lugares por descubrir.
Desde la imponente Quebrada de las Conchas hasta los pueblos históricos como Cachi y Cafayate, pasando por recorridos en tren que atraviesan los Andes y mercados de artesanía local, Salta combina tradición, belleza natural y cultura como pocos rincones del mundo.
Qué vas a encontrar en esta nota:

Qué hacer en la ciudad de Salta
La capital provincial, también llamada Salta, es una de las ciudades mejor conservadas de Sudamérica en cuanto a arquitectura colonial. Pasear por su centro histórico es como retroceder en el tiempo.
Uno de los principales atractivos es la Plaza 9 de Julio, rodeada por edificios históricos como la Catedral Basílica, el Cabildo y el Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM), donde se pueden ver las mundialmente conocidas momias de Llullaillaco. La iglesia de San Francisco y el Convento de San Bernardo también forman parte del recorrido esencial por la ciudad.
Además, el teleférico del Cerro San Bernardo ofrece vistas panorámicas que permiten admirar la ciudad y su entorno natural desde lo alto. Ideal para tomar fotografías, respirar aire puro y apreciar el contraste entre lo urbano y la naturaleza.
Por la noche, la calle Balcarce se convierte en el punto de encuentro para quienes desean disfrutar de la música folclórica en vivo, danzas tradicionales y una cena con empanadas salteñas, locro o humita.
Pueblos mágicos: Cachi y Cafayate
Salta no es solo su capital. A lo largo del territorio se encuentran pueblos que conservan intacta su esencia y ofrecen una experiencia única a quienes los visitan.
Cachi es un pequeño pueblo ubicado a más de 2.000 metros de altura, al pie del Nevado del mismo nombre. Sus calles empedradas, casas blancas con techos de tejas y su ritmo tranquilo invitan a quedarse unos días. La Iglesia de Cachi y el Museo Arqueológico son paradas obligatorias, al igual que el mercado de artesanías locales.
Cafayate, por su parte, es el corazón de la ruta del vino en el norte argentino. Aquí se produce el famoso vino Torrontés, único por sus condiciones climáticas y geográficas. Recorrer sus bodegas, degustar vinos y disfrutar del paisaje montañoso lo convierten en un destino favorito para los amantes del enoturismo.
Entre ambos pueblos, el camino de los Valles Calchaquíes es en sí mismo una atracción: una carretera escénica que cruza montañas, quebradas, formaciones rocosas y pueblos perdidos en el tiempo.

Naturaleza que impacta: Quebrada de las Conchas y Salinas Grandes
Uno de los paisajes más sorprendentes de Salta es la Quebrada de las Conchas, ubicada entre Salta y Cafayate. Esta reserva natural presenta formaciones rocosas de colores intensos modeladas por el viento y el agua durante millones de años. La Garganta del Diablo, el Anfiteatro y Los Castillos son solo algunos de los puntos más fotografiados del recorrido.
Si estás dispuesto a viajar un poco más, las Salinas Grandes —compartidas entre Salta y Jujuy— ofrecen un espectáculo visual único. Se trata de un extenso desierto blanco de sal, a más de 3.000 metros de altura, que parece un paisaje de otro planeta. Las excursiones suelen incluir paradas en pueblos como San Antonio de los Cobres y permiten experimentar la altitud andina en todo su esplendor.
Tradición, cultura y gastronomía
Visitar Salta es también una forma de conocer la historia y la identidad cultural del noroeste argentino. Los mercados artesanales y ferias regionales son ideales para encontrar textiles, cerámicas, instrumentos musicales y objetos decorativos elaborados por comunidades originarias.
La gastronomía merece un capítulo aparte. Además de las tradicionales empanadas salteñas, el locro, la humita y el tamal, cada región tiene sus propios sabores. Las carnes asadas a la leña, los guisos de llama o cordero y los vinos de altura son parte de la experiencia sensorial que ofrece Salta al visitante.

Cómo llegar y moverse por Salta
Salta cuenta con un aeropuerto internacional con vuelos desde Buenos Aires y otras ciudades del país. También es posible llegar en autobús o en vehículo particular, ya que las rutas están en buen estado.
Para recorrer la provincia, una de las mejores opciones es alquilar un auto, lo que permite detenerse en los paisajes más fotogénicos y conocer pueblos que no forman parte de los circuitos turísticos tradicionales. También hay excursiones guiadas que salen desde la ciudad de Salta y cubren los principales atractivos.
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