
Planificar un viaje no solo es una forma de organizar una escapada, sino que también puede generar importantes beneficios para la salud mental. Diversos estudios han demostrado que la anticipación de una experiencia, como unas vacaciones, produce felicidad y bienestar, incluso si aún no hay una fecha concreta para partir.
Es que esta actividad no solo garantiza una mejor organización, sino que también se convierte en una poderosa herramienta para aumentar la felicidad, reducir el estrés y mejorar la salud mental.
¿Por qué planificar un viaje mejora el bienestar?
Los psicólogos han encontrado múltiples ventajas emocionales en el proceso de planificación de viajes. Una investigación realizada en 2013 con 485 adultos en Estados Unidos relacionó los viajes con una mayor empatía, concentración, energía y atención.
Además, otros estudios sugieren que adaptarse a nuevas culturas fomenta la creatividad. Sin embargo, los beneficios no se limitan al viaje en sí: la simple planificación ya tiene un impacto positivo en la mente.

Un estudio de la Universidad de Cornell en 2014 reveló que anticipar una experiencia, como un viaje, genera más felicidad que esperar la compra de un bien material. De manera similar, una investigación de la Universidad de Surrey en 2002 encontró que las personas se sienten más felices cuando organizan unas vacaciones.
Amit Kumar, profesor adjunto en la Universidad de Texas y coautor del estudio de Cornell, destaca que la clave de este fenómeno no está en la planificación obsesiva de los detalles, sino en la conexión con otras personas. “Los viajeros suelen hablar más sobre sus experiencias que sobre objetos materiales, y esto los hace más felices”, explica.
Matthew Killingsworth, profesor de la Wharton School de la Universidad de Pensilvania, señala que la planificación de un viaje ayuda a mantener una mentalidad optimista. Según su investigación sobre felicidad, los seres humanos pasamos gran parte del tiempo pensando en el futuro, y cuando tenemos algo positivo en el horizonte, como un viaje, esta anticipación se convierte en una fuente de alegría.
Una de las razones por las que planificar un viaje genera tanto placer es que los viajes tienen un inicio y un final definidos. Esto hace que la mente los valore más y disfrute incluso de la espera. De hecho, muchas personas prefieren posponer un viaje solo para prolongar la emoción de anticiparlo.
Además, la planificación logra un equilibrio entre lo conocido y lo desconocido: sabemos lo suficiente sobre un destino como para emocionarnos, pero hay elementos de sorpresa que mantienen nuestro interés. En cierto modo, empezamos a “vivir” el viaje desde el momento en que imaginamos experiencias como pasear por París o explorar playas paradisíacas.

Consejos para disfrutar al máximo la planificación de un viaje
Si bien planificar un viaje ya es beneficioso por sí solo, hay maneras de hacer que el proceso sea aún más gratificante:
- Encuentra inspiración en libros de viajes: La literatura de viajes puede ayudarte a descubrir destinos fascinantes y despertar el entusiasmo por explorar.
- Actualiza tus conocimientos sobre planificación: Autores como Seth Kugel, el “viajero frugal” del New York Times, ofrecen consejos prácticos para organizar viajes de forma eficiente y económica.
- Consulta asesores de viajes: Los agentes de viaje pueden ayudar a encontrar las mejores ofertas, diseñar itinerarios personalizados y gestionar viajes en grupo.
- Utiliza mapas y guías: Visualizar el destino con mapas físicos o digitales te permitirá ubicar puntos clave y dar forma a tu aventura.

Te puede interesar: