Las increíbles anécdotas del viajero más desafortunado del mundo

Actualizado: 26 de mayo de 2020

Con solo 29 años, organizador de eventos y oriundo de Northampton, el inglés Jack Page pasó su última década visitando destinos exóticos de todo el globo. Sin embargo, son muchos los obstáculos que se le presentaron a lo largo del tiempo, tantos que casi con seguridad podríamos decir que él puede ser considerado como el viajero más desafortunado del mundo.

Ha luchado contra los parásitos en el Monte Everest, ha estado varado durante 36 horas en un tren descarrilado en Birmania e incluso le han comido sus provisiones los lagartos cuando accidentalmente se ha quedado varado en una isla desierta frente a Borneo.

El aventurero Jack reconoce que es "extremadamente desafortunado" y también sabe que todo el mundo así lo piensa y lo conoce. "A menudo puede ser una combinación de cosas. El año pasado en India discutía con un conductor de tuk tuk que estaba tratando de estafarme cuando una vaca apareció de la nada y cargó contra mi novia.", dijo Jack al Daily Mail.

La novia logró moverse justo a tiempo, pero la vaca le dio de lleno a él. "Ocurre que estábamos en el área al mismo tiempo que algunos de los lugareños habían estado asustando al ganado como parte de un festival. Estaba muy dolorido al día siguiente, pero logré escapar casi ileso".

Jack también tuvo problemas cuando viajaba en Borneo con su novia, Alice. Terminaron varados en una isla, donde no había nada más que una tienda que permanecía cerrada.

“Pensamos que estaríamos bien, pero un grupo de enormes lagartos monitores había invadido nuestros suministros y se había comido casi todo”. Continuando su historia de náufrago, Jack dijo: "Tratamos de asustarlos, pero estuvimos atrapados durante cuatro días viviendo de raciones antes de que un bote volviera a la isla".

A pesar de todos sus percances de viaje, la única vez que Jack sintió miedo por su vida fue cuando subió al campo base del Monte Everest en Nepal. Durante la mitad de una caminata de 23 días en el Himalaya en abril del año pasado, sufrió un severo caso de giardiasis, una infección parasitaria del sistema digestivo.

Sus síntomas se volvieron peores cuando tuvo una reacción negativa hacia el medicamento. "Realmente pensé que me iba a morir, me sentía muy mal, como nunca en mi vida y los efectos de la medicación hacían más difícil que puedan dilucidar si mi malestar era por la medicación o la infección y ni siquiera podía caminar", recordó.

Cuando viajó a Myanmar también estuvo cerca de morir: "Vi a un soldado Burmese amenazar a un turista cuando el tren se detuvo en la jungla, estuvimos ahí 36 horas, con mucho pánico ya que no es un lugar muy lindo donde nos detuvimos, no debíamos estar ahí".

A diferencia de otros a los que le cuenta sus historias, Jack no se considera particularmente desafortunado. En cambio, ve cada una de sus experiencias como otra buena historia para contar.

Claro que ante cada relato la cosa parece ser cada vez peor. "Cuando fui a visitar Chernobyl en 2015 me atraparon en una protesta. Inconscientemente tropecé en medio de una protesta política, donde más de 500 oficiales estaban preparados en el parque que daba al edificio del parlamento para poner fin a eso. Todos los manifestantes arrojaron papas al edificio del parlamento, lo cual me pareció extremadamente divertido”.

"Me dijeron que limpiara y borrara mis fotos, pero salí sin demasiados problemas".

Aunque su espíritu aventurero sigue intacto, Jack recibió un pedido especial de su novia para el próximo viaje: el de visitar un lugar tranquilo en la playa como todo el mundo

Sin embargo, Jack concluye: "Siempre me gusta visitar lugares que no son un destino vacacional promedio. Afganistán sería increíble, sin embargo, no puedo ver a mi familia permitiéndome abordar ese avión".

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