En la noche que iba del 12 al 13 de agosto de 1961 un enorme comando de soldados de Alemania del Este comenzaron a recorrer el corazón de la ciudad de Berlín, y a lo largo de mas de 25 kilómetros fueron armando una barrera de alambre de púas que dividía en dos a la ciudad. A la mitad que quedaba del lado oeste, habitada por ciudadanos de Berlín Oriental, se les prohibió pasar a Berlín Occidental, y la cantidad de puntos de control en el que los occidentales podrían cruzar la frontera se redujo drásticamente.
La noche que se construyó el Muro de Berlín
Esa noche comenzó uno de los sucesos que durante 28 años (hasta fines de 1989) marcó la historia del siglo XX. Estaba naciendo el fatídico Muro de Berlín
Occidente, tomada por sorpresa, amenazaba un embargo comercial contra la Alemania Oriental pero los soviéticos respondieron que tal embargo iba a responderse con un nuevo bloqueo terrestre a Berlín del Oeste.
Cuando se hizo evidente que Occidente no iba a tomar ninguna medida importante para protestar por el cierre, las autoridades de la entonces Alemania Oriental se envalentonaron, y apresuraron nuevos cierres de cruces fronterizos dentro de Berlín.
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Las cosas iban a seguir complicándose. El 15 de agosto, ya no solo eran soldados con alambres de púas sino que ya estaban provistos de máquinas más importantes. Ahora iban a reemplazar el alambre de púas con hormigón.
Las autoridades de Alemania del Este explicaron en un comunicado el porqué de la pared. La intención al construirla era, según ellos, proteger a sus ciudadanos de la influencia perniciosa de la cultura capitalista decadente.
Esta construcción hacía tangible la famosa Cortina de Hierro que de modo virtual dividía a Europa dejando agrupados del lado oriental a los países comunistas bajo la órbita soviética y por el otro, a todos los países aliados bajo la ideología capitalista.
Toda esta historia que decanta esa triste noche del 12 al 13 de agosto de 1961 había comenzado al concluir la Segunda Guerra Mundial, cuando los aliados dividieron Alemania en cuatro zonas de ocupación, una para cada país aliado triunfante en la guerra: Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y Rusia. Berlín, la capital alemana, se dividió igualmente en los sectores de ocupación, a pesar de que se encontraba en lo profundo de la zona soviética.
El futuro de Alemania y el de Berlín en particular eran un importante escollo en las negociaciones de tratados de la posguerra, y las tensiones crecieron cuando en 1948 Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia decidieron unir sus zonas de ocupación en una sola entidad, la República Federal autónoma de Alemania (Alemania Occidental ).
En respuesta, la URSS lanzó un bloqueo terrestre de Berlín Oeste, en un esfuerzo para obligar a Occidente a abandonar la ciudad. Sin embargo, un puente aéreo masivo generado por Gran Bretaña y los Estados Unidos mantuvo constante el suministro de alimentos y combustibles en Berlín Occidental hasta que en mayo de 1949 los soviéticos dieron por concluido el fracasado bloqueo.
Las cosas siguieron complicándose y en mayo de 1952, la frontera abierta (Zonengrenze) entre Alemania Oriental y Occidental fue cerrada por el gobierno de Alemania Oriental. En los años posteriores a 1952 se hizo más difícil y peligroso poder escapar a Occidente por esta frontera.
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Sin embargo, los pasos entre Berlín Oriental y Occidental dentro de la ciudad no se cerraron. Muchos de los ciudadanos de Alemania Oriental iban a Berlín del Este y de allí buscaban la forma de escapar hacia Berlín Occidental. Una vez llegados al lado Oeste de la ciudad se refugiaban en ella o trataban de pasar de algún modo a Alemania Occidental.
Los intentos de escapes hacia el Oeste se iban haciendo cada vez más frecuentes. Fue por ello que entonces, esa noche de 1961, se comenzó a sellar el punto más crítico y de difícil control entre la Europa Comunista y la Europa Occidental con la construcción del Muro de Berlín.
Por el resto de 1961, el sombrío muro de Berlín siguió creciendo, hasta convertirse en una serie de muros de hormigón de casi 5 metros de altura de altura. Estas paredes estaban cubiertas con alambre de púas y vigiladas desde amedrentadoras torres de control. Por la década de 1980, este sistema de muros y cercas electrificadas ya se había extendido 20 kilómetros a través de Berlín y unos 60 kilómetros alrededor de Berlín occidental, separándolo del resto de la Alemania del Este.
Durante los 28 años que estuvo erigido, cerca de 5.000 alemanes orientales lograron escapar a través del Muro hacia Occidente, pero como la frecuencia de intentos de salida aumentaba, la pared se fortificó cada vez más. Miles de alemanes orientales fueron capturados durante los intentos de cruces y 191 murieron.
Cerca del final de su vida útil en 1989, el Muro tenía un perímetro total de 155 kilómetros. Contaba incluso con 302 torres de observación y 20 bunkers vigilados por más de 11.000 soldados.