La localidad de Portofino, un pequeño pero mundialmente conocido pueblo de menos de 600 habitantes ubicado en la zona costera de la Riviera italiana, se ha hartado de las aglomeraciones de turistas en sus estrechas calles y principales espacios públicos. Por eso, el consistorio ha puesto en vigor una ordenanza municipal que sanciona con hasta 275 euros la permanencia en algunas zonas del casco histórico.
El alcalde, Matteo Viacava, ha explicado al medio transalpino Libero Quotidiano que en las denominadas ‘zonas rojas’ estará prohibido permanecer parado en medio de la calle o aglomerarse con más personas desde la mañana hasta las 18.00 horas.
Los turistas podrán acceder a la zona comprendida en torno a la famosa Piazzetta de Portofino, la plaza que da acceso al puerto, pero solo para pasear, comprar o sentarse a comer en restaurantes. Así, se evita la típica vista del turista o grupo de viajeros detenidos en medio de un espacio público, tomándose una selfie de recuerdo o charlando.
Esta medida restrictiva al tráfico de personas estará vigente hasta el próximo 15 de octubre y con ella se pretende poner fin al problema de “obstáculos y peligros potenciales derivados de la excesiva densidad de personas en relación con la superficie disponible”, que afecta gravemente a la “fluidez del tráfico de peatones y vehículos”, tal y como ha reconocido el regidor italiano.
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