Es la primera vez que un país del continente americano tiene un tramo oficialmente reconocido por la Iglesia Católica.
La isla de Florianópolis, en el estado de Santa Catarina, cuenta desde el pasado mes de octubre con el primer Camino de Santiago de Compostela fuera de Europa, una picada de 21 kilómetros que cruza 4 iglesias, varios senderos, tiene vistas increíbles de las
playas del sur de Brasil, y se ha constituido en el tramo brasileño de la famosa ruta compostelana.
"Fue un pedido que realizaron los peregrinos a la iglesia de Santiago y que fue aceptado. Son 21 kilómetros con la misma señalización que se utiliza en el Camino compostelano, que pueden ser usados para completar los kilómetros en Europa", dijo el superintendente municipal de turismo de Florianópolis, Vinicius De Luca Filho.
Tal como sucede en los caminos que conducen a Santiago de Compostela, los peregrinos que hagan el trayecto de los 21 kilómetros recibirán la 'Credencial', que es el pasaporte donde se colocan los sellos que acreditan que se realizó un tramo del Camino compostelano, necesarios si se llega a la capital de Galicia para obtener 'La Compostela'.
Este nuevo atractivo, que en poco tiempo ha revitalizado la zona norte de la isla donde los peregrinos se alojan en los hoteles para realizar el camino, forma parte de la promoción turística que está desarrollando la isla más allá de sus conocidos destinos de playa.
Con más del 50 por ciento del territorio como reserva natural, los paisajes que se recorren durante la travesía por los senderos es inigualable: árboles gigantes, formaciones rocosas que se asoman por el azul del mar, cascadas, cavernas, la tupida vegetación de la Mata Atlántica, y construcciones del siglo XVIII, como los ingenios de mandioca donde se producía la harina.