El pueblo español ha votado hoy para decidir el rumbo del país.
La falta de consenso y la consiguiente imposibilidad de formar gobierno luego de la elección del 20 de diciembre de 2015 obligaron a convocar nuevamente a elecciones.
El dato más significativo a estas horas, cuando todavía no se conocen los resultados, es la bajísima participación del electorado que apenas supera el 50%, la menor de la historia de la democracia.
En un clima de gran incertidumbre sobre su futuro, los españoles esperan que el nuevo Parlamento logre una mayoría suficiente para conformar un gobierno capaz de enfrentar los grandes desafíos del momento, algo nada sencillo en un espectro político que marca el fin del bipartidismo y la existencia de cuatro fuerzas políticas con notorias dificultades para ponerse de acuerdo.
Las encuestas indican que el PP mantendría la primera minoría, aunque seguida a corta distancia por la alianza de izquierda entre Podemos e Izquierda Unida y el PSOE. Ciudadanos quedaría relegado a un lejano cuarto lugar a causa de una polarización que no alcanza a desvirtuar un escenario claramente dividido y complejo.
De todos modos las encuestas hace tiempo no son confiables por lo que habrá que esperar unas horas cuando se conozca el veredicto de las urnas.