Esta misteriosa grieta se llama el Pozo de Jacob y desciende verticalmente 10 metros para extenderse luego por numerosas cuevas y galerías, muy peligrosas y muchas de ellas todavía inexploradas.
La boca del Pozo de Jacob mide aproximadamente cuatro metros de diámetro y actualmente es lugar de disfrute para todo aquel que se atreva a bañarse y sumergirse en tan misteriosa cueva, siendo muy frecuentada en verano para combatir las altas temperaturas del estado texano.
Se trata de un pequeño arroyo que discurre por Cypress Creek en Wimberlay, Texas y que da lugar a uno de los pozos naturales más misteriosos y profundos que se conocen.
En el interior del Pozo de Jacob, un potente manantial subterráneo mantiene con agua desde tiempos inmemoriales la cueva y las inmediaciones, siendo una de las fuentes de agua para el vecino Acuífero Edwards que se constituye en una reserva natural muy importante y que da agua a casi dos millones de personas.
Pese a que el conocimiento de esta cueva y este pozo es muy antiguo, no ha sido hasta recientemente cuando se ha iniciado su exploración.
En estas inmersiones se ha cartografiado al menos dos de las grutas principales y algunas de las aledañas.
El Pozo de Jacob es una de las cuevas más peligrosas para los buzos y estas inmersiones ya se han cobrado al menos la vida de 9 buceadores.
Con este atractivo natural, sus espectaculares acantilados de piedra caliza y la exuberante vegetación del parque, se convierte en un estupendo lugar para visitar si se viaja a la zona.
Además, estupendas rutas de senderismo cubren toda esta área.