Fuimos a Japón y te contamos que Tokyo nos hizo tambalear con el impresionante choque cultural. Aprendimos que hay que estar muchos días para no sentirse como Scarlett Johansson y Bill Murray en Perdidos en Tokyo. Es enorme, impresionante y apabullante.
En Kyoto las sensaciones cambiaron. Cada lugar y cada rincón es especial. Hay mucho para recorrer y maravillarse.
Hoy elegimos contarte sobre la visita al mágico y deslumbrante Pabellón Dorado, y también compartiremos algunos recuerdos del placer de perderse entre bambúes en el bosque de Arashiyama.
Habíamos hecho los deberes y sabíamos que teníamos que visitar el templo Kinkaku-ji, más conocido como “Pabellón Dorado”. Es, según todas las guías un imprescindible de Kyoto y al llegar asumís que no hay foto que describa esta maravilla.
La imagen se refleja perfectamente en el agua y el oro de sus paredes reluce de una forma increíble.
El templo Kinkaku-ji es uno de los más célebres de la ciudad. Y lo es porque aporta un elemento diferenciador respecto a los demás que lo hace espectacular: sus paredes exteriores están forradas de pan de oro.
El pabellón dorado es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1.994 y el budismo japonés está presente en los jardines del templo, ya que nos encontramos con un imponente estanque, el espejo de agua, lleno de islas, piedras y pinos que representan varios elementos del budismo.
Ahora cerrá los ojos e imaginá un bosque de un verde diferente, un entorno donde todo lo que te rodea son tallos de bambú perfectamente alineados que trepan hacia el cielo. Una extraña sensación te invade al visitarlo, es como haber entrado a un mundo mágico.
Estás en el famoso bosque de bambú de Arashiyama, situado en la ciudad Kamakura al noroeste de Kioto, una imagen que recordarás por toda la vida y una visita obligada para el turista.
El bambú, esa exótica planta gramínea en forma de caña, es parte de la fascinante y rica cultura japonesa y oriental.
El bosque de bambú es sin duda un remanso de paz y placer
Se caracteriza por las sombras de clorofila y el susurro que produce el balanceo suave de sus flexibles troncos.
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