La llegada masiva de turistas a algunas ciudades, en las que al llegar ya se percibe una gran "turismofobia", empieza a generar cambios en lo que se consideraba modelo de éxito, como evidencian las protestas vecinales y las primeras medidas restrictivas adoptadas en varias ciudades en los últimos años.
El Consejo Mundial de Viajes y Turismo, el lobby internacional de las grandes empresas del sector, discutió la cuestión esta semana en Madrid, a partir de un informe que sitúa a Barcelona entre las diez grandes urbes con mayor riesgo de sufrir los problemas asociados a la masificación turística.
El turismo suele ser objeto de deseo para la economía local. Pero en algunos destinos, la irritación vecinal ante los problemas que ocasiona la llegada masiva de visitantes ha derivado en presión sobre las autoridades, cuando no en protestas
Mucho malestar, con episodios de turismofobia, afloró este verano en Barcelona, Madrid, Palma o San Sebastián.
Este trastorno no es nuevo ya que lleva unos años dejándose sentir en ciudades que copan la lista de visitas obligadas del turismo mundial.
“Cuando la masificación va demasiado lejos, las consecuencias son difíciles de revertir”
El estudio se lanza a “cuantificar los síntomas de la masificación” en 68 grandes ciudades. Su objetivo es identificar los problemas asociados a la llegada masiva de turistas y establecer cuál es el riesgo en cada una de esas áreas.
Roma y Venecia
Los aspectos analizados sitúan a Roma y Venecia, los dos destinos italianos incluidos, como los que concentran mayor riesgo de masificación. En general, el estudio corrobora que las ciudades donde se han evidenciado las protestas y se han tomado las primeras medidas contra la masificación, están también entre las que presentan mayor riesgo.
Alerta para Amsterdam y Dubrovnik
Además de Roma (con multas por sentarse en las escalinatas de sus 37 fuentes monumentales) y Venecia (que ha perdido la mitad de su población en 30 años ante la presión turística), entre las grandes ciudades más amenazadas está Dubrovnik.
El famoso barrio amurallado de la urbe croata, en el que apenas viven 1.000 vecinos, llegó a recibir más de 10.000 turistas a la vez, lo que motivó a las autoridades locales a establecer este año un cupo (un máximo de 8.000 visitantes), que pretende reducir a la mitad con límites a cruceristas y guías turísticos.
El informe también refiere el alto riesgo que corre Amsterdam, que ya ha llevado al gobierno de la ciudad holandesa a tomar varias medidas: moratoria hotelera, limitar a 60 días los alquileres turísticos que ofrecen webs como Airbnb, prohibir la apertura de nuevos negocios orientados al turista en el centro, o desplazar, en cinco años, la llegada de cruceros fuera de la ciudad.
París y Barcelona
Con el punto de mira en Airbnb y otros portales que permiten ofrecer alquileres turísticos en casas particulares, se incluyen París y Barcelona entre las diez ciudades que afrontan la mayor amenaza de que la masificación turística mute en problemas —burbuja inmobiliaria, ruido, calles y transportes atestados, marginación del comercio local, precios más altos—, y en éxodo vecinal.
Como refleja el análisis del lobby turístico, Barcelona ha “centrado la atención” porque el programa con el que Ada Colau llegó a la Alcaldía ya respondía al malestar ciudadano por la masificación turística. En lo que va de mandato, el gobierno de Colau ha sancionado a Airbnb por divulgar ofertas de alquiler que considera ilegales. También ha aplicado una nueva tasa a los visitantes que pasan menos de un día en la ciudad. Y planea limitar el número de personas que pueden acompañar a los guías turísticos.
Presión en los barrios
El diagnóstico se centra en varios aspectos. Mide la densidad por kilómetro cuadrado e intensidad (por residente), de la afluencia de turistas en el área más visitada de cada ciudad —definida por los 20 sitios con más valoraciones en la web TripAdvisor—. Aproxima así cuál es la presión sobre comunidades locales.
Además, recoge de la misma web el peso de las opiniones negativas en los sitios más visitados para reflejar el riesgo de “degradación en la experiencia turística”.
Compara el mes con más asientos ocupados en los vuelos que llegan a la ciudad, con el mes con más vacantes para reflejar la estacionalidad. Vuelve a los datos de TripAdvisor para determinar la amenaza de deterioro del patrimonio histórico y cultural por la masificación turística.
En la presentación del informe Gloria Guevara, presidenta del Consejo Mundial de Viajes y Turismo advirtió que:
“Lo que se prevé es que a esos destinos lleguen más turistas, hay que gestionar el éxito”
Y de eso se trata: el lobby que aglutina a multinacionales hoteleras, operadores turísticos, aerolíneas, grandes cadenas comerciales o firmas que han protagonizado la revolución del sector en Internet, busca poner la venda antes de que la herida se abra.
A partir de este diagnóstico, plantea iniciar un debate sobre “las mejores prácticas posibles”. Airbnb o las compañías de cruceros, sospechosos habituales al repartir culpas de la masificación, son también miembros de este lobby empresarial.
Fuente: El País