Recientemente se inició la fase de construcción de un campus deportivo de más de 700.000 metros cuadrados en la histórica ciudad de Quzhou, en la provincia costera oriental de Zhejiang en China. El diseño combina las funciones de un parque deportivo con formas naturales y orgánicas, lo que resulta en un paisaje poético que podría hacernos pensar que estamos en algún sitio afuera del Planeta Tierra.
La primera y segunda fase del campus deportivo diseñado por el estudio de arquitectura MAD tiene un área total de construcción de aproximadamente 340.000 m2 e incluye un estadio (30.000 asientos), gimnasio (10.000 asientos), natatorio (2.000 asientos), un complejo deportivo nacional, lugar de deportes al aire libre , museo de ciencia y tecnología, alojamiento en hotel, y un centro para jóvenes y programas menores.
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Ubicado en Quzhou, una ciudad forestal con miles de años de historia, cultura e ideas filosóficas, el proyecto se expande como un paisaje surrealista, etéreo y tranquilo, “como un espejismo, que tiene el potencial de convertirse en un lugar de pertenencia espiritual para el futuro de la ciudad” dicen los desarrolladores del proyecto.
"Soñamos no solo con crear un espacio urbano para deportes y con conciencia ecológica, sino también convertirlo en un parque de arte terrestre único para el mundo, estableciendo una relación entre el patrimonio de la ciudad y la historia de la cultura shanshui", señala Ma Yansong, fundador y director socio de MAD.
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Rodeado por un denso bosque de árboles altos que aislan el sitio de la ciudad, el campus toma la forma de un paisaje extraterrestre, que presenta una serie de montañas y un lago concebido como un jardín hundido. Los visitantes se mueven a través del parque a la deriva, escalando y atravesando el terreno, que culmina en el estadio en forma de cráter. Coronado por un halo traslúcido que flota suavemente sobre el suelo como una nube flotante, el estadio se erige como una metáfora espiritual, invitando a las personas a entablar un diálogo entre la tierra y el cielo.
Las “colinas” onduladas adyacentes en el lado noreste forman el gimnasio, el natatorio y el centro de entrenamiento, encima de los cuales hay espacios públicos y paisajes naturales que convocan a las personas a mirar hacia arriba y detenerse en un momento de contemplación.
Los interiores y exteriores de los edificios están conectados a la naturaleza, proporcionando una apertura hacia el paisaje. Los senderos entre las montañas y el lago alientan a la gente a caminar lentamente por el parque, correr a lo largo de los senderos, o simplemente disfrutar de un asiento en el césped para disfrutar del paisaje.
La luz natural ingresa a los espacios interiores de los edificios a través de plataformas o tragaluces, que también proporcionan ventilación natural. las formas exteriores tipo montaña están cubiertas de vegetación, que a la vez que ahorran energía, también son a escala humana y accesibles.
El campus deportivo de Quzhou ofrece una salida única en el modelo de construcción urbana de los grandes edificios cuadrados convencionales, abogando por un futuro en el que la relación armoniosa entre el hombre y la naturaleza ocupe un lugar central. "La relación entre el hombre y la naturaleza no solo se trata de ecología y sostenibilidad, sino también de espíritu y estado de ánimo", señala ma Yansong, "Esta es la cultura y la filosofía que ha existido en la historia de esta tierra y necesita aplicarse en el desarrollo de nuestras ciudades futuras".
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