Con los 6.000 libros que había en existencia cuando este querido espacio cerró y con el piano de Sandro intacto reabre Clásica y Moderna, símbolo cultural de Buenos Aires.
El lunes 11 de diciembre Raquel Rodrigo, alma mater de esta reapertura, abrirá las puertas nuevamente de uno de los reductos culturales y gastronómicos más querido de Buenos Aires. Es el mismo que Natu Poblet –fallecida en 2017– convirtió en una marca de la ciudad de Buenos Aires.
Clásica y Moderna y Raquel Rodrigo
Raquel Rodrigo es docente y fundadora de una escuela modelo en Morón y es además parte de una Pyme familiar de alimentos. Pero es fundamentalmente una emprendedora con ojos brillantes que quiere recuperar las joyas de Buenos Aires que fueron cerradas por distintas razones.
Clásica y Moderna cerró en 2019 con una carga importante de deudas y pensar en reabrirla parecía algo imposible.
La recuperación
Cuenta Rodrigo: "Un día pasé por Clásica y Moderna, en avenida Callao 892, y vi que las cortinas estaban bajas, muy feas, con grafitis, y me pregunté por qué estaba cerrado. Allí comencé a buscar a la dueña de la propiedad y le dije que quería comprar o alquilar. La familia, que es del interior, no quiso vender, pero aceptó alquilarme el espacio y yo compré todo lo que está adentro”.
Cuenta también que primero hubo que resolver el gran entuerto judicial y a partir de allí puso manos a la obra.
“Quiero reabrir Clásica porque es un símbolo, una joya de Buenos Aires”, este año, recuerda, “se cumplen 85 años desde que Emilio Poblet la fundó como librería. Dios siempre me pone estas cosas en las manos”.
Hubo que realizar muchos trámites judiciales para liberar el pesado embargo que había sobre Clásica, hasta que Raquel obtuvo la llave para levantar la persiana y entrar al reducto cultural al que Natu Poblet le imprimió un sello tan propio, tan de encuentros sin tiempo.
Uno de los rescates que se hizo fue el del piano de media cola, un regalo de Sandro a Clásica y Moderna. “Tenían un piano vertical y Sandro les regaló este otro que es precioso y está en muchas fotografías”, narra.
Todo fue recuperado, restaurado y puesto en valor. “La librería está intacta”. Increíblemente, dice, todo estaba como si el espacio no hubiera estado cerrado tanto tiempo. Como si el espíritu de Natu se hubiera quedado cerca de lo que más amó en la vida –los libros– hay más de 6.000 volúmenes en perfecto estado de conservación.
“No tienen olor a humedad, no fueron comidos por las polillas, la librería tuvo un ángel aparte porque se conservó tal cual y no hubo que tirar ni un solo libro”, dice con expresión sorprendida.
Una de las anécdotas que conmueve a Raquel Rodrigo es que el último sábado, mientras se acondicionaba Clásica y Moderna para su reapertura, “pasaban los vecinos, no uno o dos, sino muchos vecinos, mucha gente que nos decía que era una felicidad y una alegría que volviera Clásica. Eso me da mucha fuerza para seguir”.
Lo mismo le pasó con la reapertura de El Tropezón, que llevaba 34 años cerrado, cuando Raquel puso manos a la obra. “Vi mucha gente llorando de emoción cuando reabrimos las puertas”, recuerda.
A la inauguración de Clásica asistirán el próximo secretario de Cultura de la Nación, Leo Cifelli; la ministra de Cultura de la Ciudad, Gabriela Ricardes; el filósofo Santiago Kovadloff –amigo entrañable de Natu Poblet– quien hará una interpretación con su trío Orfeo, y Sandra Mihanovich que cantará Honrar la vida.
La flamante dueña del espacio dirá unas palabras “basadas en el agradecimiento a Dios y a la vida que me pone estas cosas en las manos. Lo que es la inspiración para un poeta o para un pintor, a mí Dios me inspira con las cosas que me pone en las manos”. Previo a todo sonará el Himno Nacional en la voz de un tenor.
La magia de Buenos Aires reaparecerá el próximo lunes sobre avenida Callao casi Paraguay.