Cada 4 de abril, millones de chinos visitan los cementerios del país para rendir homenaje a sus antepasados. Se trata del Festival Qingming, el Día de Barrer las Tumbas. La fecha tiene que con que el número 4 está asociado con la muerte en la cultura china. Ese día, los cementerios se ven abarrotados de familias que limpian las tumbas o nichos de sus seres queridos, las adornan con flores y les hacen ofrendas de comida o incluso de dinero.
En el sur de China, a esta costumbre se añade la de quemar elaboradas miniaturas en cartón de casas, automóviles, ordenadores, móviles u otros muchos enseres, para que a los seres queridos no les falte de nada en el más allá.
El papel moneda que queman ese día en realidad no es de curso legal (en él suelen aparecer el Banco del Cielo o su homólogo del infierno como presuntas entidades emisoras), y tiene denominaciones de hasta trillones de yuanes por billete, fortunas que se supone llegarán a los antepasados en la otra vida al ser consumidas por el fuego.
pekín tiene nada menos que 33 cementerios. En Babaoshan, el más famoso, descansan héroes de la revolución comunista como Xi Zhongxun, padre del actual presidente
Además de los homenajes privados, el régimen comunista aprovecha la festividad para celebrar estos días un funeral honorífico para 36 soldados chinos fallecidos en la Guerra de Corea, cuyos restos regresaron al país el 1 de abril.
La festividad que homenajea a los antepasados tiene, cada año, su máxima expresión en la antigua capital imperial de Xian, donde decenas de miles de personas asisten como cada año al acto de homenaje al Emperador Amarillo (Huangdi), fundador mítico de la civilización oriental.
La ceremonia, que se celebra desde hace milenios y resulta cada vez más turística, se realiza en el lugar donde está enterrado el emperador, junto a un ciprés de 5.000 años que según la leyenda plantó el propio soberano.
La tradición china sostiene que los muertos deben viajar al más allá lo más intactos posible, con lo cual los cementerios están absolutamente desbordados. Esto hace que el gobierno insista mucho con recomendaciones de funerales alternativos, como esparcir las cenizas en el campo o en el mar, y la promoción de "funerales ecológicos". En Pekín, ese plan ofrece a los familiares una subvención de 4.000 yuanes (unos 600 dólares) por escoger funerales en el mar.
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