La idea nació hace 4 años cuando Xavier Vanneste, propietario de “Brugse Zot”, una marca de cerveza de Brujas, buscaba una fórmula para transportar la cerveza desde su fábrica a la planta embotelladora, que está en las afueras de la ciudad.
Como no quería transportar su cerveza en camiones, se le ocurrió construir una tubería.
“Brugse Zot” significa “Loco de Brujas”, y tal como lo dice su nombre, esta locura está siendo financiada por diferentes patrocinadores, entre ellos Philippe Le Loup, propietario de un restaurante local que ha donado 11.000 dólares a la causa.
A los mismos habitantes de la ciudad les gustó la idea y comenzaron a bromear con la posibilidad de que la cerveza llegara a sus casas, igual como lo hace el agua potable.
“Eso nos dio la idea de financiar el proyecto con aportaciones para hacerlo posible”, confesó Vanneste.
La tubería principal, de una extensión de 3,2 kilómetros, comenzará a funcionar antes de fin de año y por ella recorrerán 4.000 litros de cerveza por hora, entre la fábrica y la embotelladora.
Y centenares de camiones cisterna ya no tendrán que hacer su camino a través de las estrechas calles empedradas de la ciudad medieval.
Las donaciones lograron financiar el diez por ciento del proyecto total, que tiene un costo total de cuatro millones de euros. Esperan llevar la cerveza a cada hogar de quien se suscriba al servicio en un futuro cercano, cuando estén los fondos disponibles.
