Ubicada a orillas del Río de la Plata, Carmelo es una de las ciudades más emblemáticas del departamento de Colonia (Uruguay). Se encuentra a solo dos horas de navegación de la Argentina.
El clima de Carmelo es templado, con temperaturas que oscilan entre los 3º y 15º C en invierno y con promedios de 25º C durante la primavera y el verano.
A Carmelo se llega desde Montevideo por tierra luego de atravesar 250 kilómetros, previo paso por la coqueta y antigua ciudad de Colonia del Sacramento, desde la cual se debe tomar la ruta 21.
Qué ver en Carmelo
Conocida por sus playas de arenas finas y blancas, Carmelo recibe todo el año a turistas llegados de todo Uruguay, así como también de la Argentina
Plaza de la Independencia
Dentro de la ciudad, uno de sus principales atractivos turísticos es su Plaza de la Independencia, alrededor de la cual se establecen su centro cívico y comercial. Entre estas construcciones se encuentran la casa de Ignacio Barrios, convertida hoy en la Casa de la Cultura, el Templo Nuevo y el Archivo y Museo Parroquial del Carmen.
Puente giratorio
Pero el hito que hizo famosa a esta ciudad se encuentra sobre el añejo arroyo Las Vacas. Nos referimos al puente giratorio, una obra de la ingeniería moderna que permite el paso de grandes embarcaciones mediante el giro manual del puente. Esta postal se convirtió en ícono de Carmelo y de este rincón del país.
Junto al puente se encuentran también la hermosa rambla de los Constituyentes y el Carmelo Rowling Club, una de las instituciones más tradicionales de la pequeña ciudad.
Desde allí, un majestuoso y arbolado camino nos conduce hasta el Hotel Casino, el amarradero de yates, la boca del arroyo y la bellísima playa Seré, uno de los sitios más hermosos de una ciudad que simplemente lo tiene todo.
Finca y Bodega Narbona
El ambiente de la cava subterránea es mágico y las degustaciones de vino tienen un sabor especial. El edifico de Bodega Narbona comparte hectáreas rodeadas de viñas con Finca Narbona wine lodge, de pocas y cuidadas habitaciones, dos de ellas en lo que fue el casco original de la bodega, y con el restaurante del mismo nombre. No dejes de probar la tabla de quesos, sobre todo el parmesano, la especialidad de la casa y las galletas de oliva.
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