Entre el mar Egeo y el golfo de Volos, en la región griega de Tesalia se eleva, formando una península, el macizo montañoso de Pelión. A sus pies se encuentra la ciudad de Volos. Cerca de 80 pequeños pueblecitos costeros rodean este monte de espesos bosques y calas recónditas.
Pelión lo tiene todo además de una belleza que arrebata: pueblos pintorescos y playas de película, esto dicho literalmente, ya que en ellas se rodaron algunas escenas de Mamma Mía
Pelión regala momentos para cualquier temporada: podrás tener tardes de esquí con noches de chimenea, bellas primaveras para disfrutar del senderismo y veranos para disfrutar del sol y la playa.
Desde Volos, en apenas unos minutos podés descender más de mil metros hasta llegar a la playa. Arenales marinos que en invierno llegan a ser acariciados por las nieves. Un mundo fantástico, en fin, en el que podemos imaginarnos a aquellos fabulosos seres mitad hombre mitad caballo deambulando por entre la espesura o descendiendo hasta las recónditas calas de este apartado paraíso griego.
Centauros como Quirón, célebre por su gran sabiduría, quien sería maestro y educador de, entre otros, Asclepio, dios de la medicina, y de Aquiles, el furibundo héroe cantado por Homero en la Ilíada.
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Sería también este monte el escenario donde Hera, Afrodita y Atenea protagonizaron una disputa acerca de cuál de las tres era la más bella. Esta riña fue suscitada por la famosa manzana de la discordia que la diosa Eris había dejado caer junto a las citadas divinidades, en venganza de no haber sido invitada al banquete de boda entre Peleo y Tetis que se celebraba en el monte Pelión.
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Te encontrarás sumergido en un mundo mágico en el que los pueblos, como Agios Ioánnis, aparecen de improviso tras las abruptas pendientes saturadas de verde. Es Agios Ioánnis un recoveco costero en el que las raíces de lo árboles que se amontonan en los repechos que descienden al pueblo se entremezclan con el litoral.
Junto a las azules aguas de la playa encontrarás numerosas tabernas donde se sirven pescados, ensaladas y cordero asado al carbón. Junto a Agios Ioánnis está Milopótamos, en donde disfrutarás una pequeña cala custodiada por paredes de roca y vegetación.
Un auténtico retiro en el que disfrutar de la soledad y de la belleza del lugar
Al llegar al vértice de la península, en Milos y Geroplina, comenzarás el camino de regreso por la cara occidental. Aquí, las aguas se arremansan en el golfo Pagasitikó. Milina, Jorto, Kálamos, Áfissos, Kalá Nerá y otros lugares donde la belleza se encuentra sobre la superficie y bajo la superficie del mar, pues la habitual benevolencia de las aguas así como su transparencia, propician las condiciones idóneas para el buceo.
Una buena ocasión para sumergirse en el reino de Poseidón y deleitarse con las maravillas que éste ofrece.