El Parque Nacional Banff es el más viejo de Canadá, con más de 6.600 kilómetros cuadrados de extensión, entre sus límites contiene algunos de los parajes más asombrosos jamás vistos.
Es cierto que Canadá es especial por la belleza de sus paisajes, pero este rincón es uno de los más espectaculares. Sus postales parecen haber sido retocadas con Photoshop o salidas de una pintura, y todos los que visitan este suelo quedan maravillados.
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El Parque Nacional Banff se encuentra en la provincia de Alberta, en la región de las Montañas Rocallosas y fue declarado parque nacional en el año 1885.
Al principio solo contaba de una pequeña zona que incluía unas cuevas desde donde emanaban aguas termales de alta calidad.
Dentro del mismo está asentada la ciudad homónima, población establecida en épocas en que se construyó la red ferroviaria de la famosa Canadian Pacific Railway y según cuenta la leyenda, sus trabajadores fueron quienes descubrieron las aguas termales.
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En esta zona se encadenan lagos como el Louise, el Lago Peyto, el Moraine, o el Bow, que son espejos de agua impresionantes por su coloración. Pero también, complementan la vista formaciones como el majestuoso cañón modelado por arroyos como el Johnston.
El parque está situado a unas dos horas de Calgary y existe la carretera Icefields Parkway que conecta Banff con el Parque Nacional Jasper y Yoho, que es una ruta escénica considerada entre las más espectaculares para recorrer en Canadá.
Entre glaciares y campos de hielo, espectaculares bosques, lagos que parecen pintados y grandiosas montañas, es uno de los lugares más hermosos que existe en el mundo.
Colores vívidos que se mezclan de manera perfecta, una flora y fauna rica son algunas de las maravillas que se pueden vivir al adentrarse en el parque
Uno de los puntos más conocidos es la zona que rodea al lago Peyto. Sus grandiosas aguas color turquesa están ubicadas en el hermoso valle del WaputikRange, entre los Picos Caldron, Peyto y el Monte Jimmy Simpson.
Otro de los sitios imperdibles es el grandioso paisaje del lago Louise, el cual se halla en el Valle de los Diez Picos. Éste quizás este sea uno de los destinos turísticos más especiales del parque, porque el ambiente es tan inspirador que los amantes de la naturaleza al aire libre quedan completamente cautivados.
También durante el invierno sus alrededores se convierten en los sitios perfectos para practicar los más divertidos deportes de nieve, como el esquí alpino, el snowboard, y grandiosos paseos en trineos tirados por perros.
Además se pueden hacer caminatas, observación de la vida salvaje, escalada, practicar senderismo, con gran variedad de recorridos de diferente dificultad, paseos en canoa o patinar sobre el hielo.
Se pueden realizar actividades de esquí, patín, trekking y cabalgatas
Un dato para tener en cuenta es que muchos turistas quedan "desilusionados" por la cantidad de hoteles y restaurantes que están enclavados en el parque y que hacen que exista un enorme flujo de visitantes durante todo el año. Evitar las multitudes en estos casos se vuelve una tarea difícil, al igual que contemplar los hermosos paisajes en soledad y paz.
Incluso hay una ruta que cruza por en medio del mismo, que si bien facilita la movilidad de un punto a otro, rompe con la idea de "naturaleza virgen" que podría tener el lugar.
Fuente: elpatagónico.com