La ciencia afirma que las personas que aman la playa son más felices

Para bajar los niveles de estrés, nada como una escapada al mar. La ciencia afirma que las personas que aman la playa son más felices.

Estar cerca de una fuente y/o ambiente más natural te hará sentir mejor que estar rodeado solamente por bloques y carreteras, pero hay estudios que pueden comprobar los beneficios de crecer y vivir junto al mar, en especial para tu salud emocional. Según la ciencia, las personas que aman la playa disfrutan más de la vida y son más felices.

"Una vez que el mar suelta su hechizo, lo atrapa a uno en su red de dudas para siempre" (Jacques Cousteau)

La playa tiene un toque especial, algo, que hace que nuestro cerebro se sienta más relajado inmediatamente al ver mar y arena, más cuando son balnearios o islas paradisiacas, ideales para solo tumbarse en la arena y descansar.

Vacacionar junto al mar o aún mejor, vivir junto a él sin importar si es un lugar lujoso o con menores recursos, ayuda a vivir más feliz y tranquilo. Su sola imagen y saber que el mar está a pasos de uno, sirve de manera terapéutica física y psicológicamente, por eso es que muchos centros de tratamiento, tanto de enfermedades como de relajación, buscan la playa como ubicación. No es puro marketing, es real.

Las personas que aman la playa son más felices

Científicos del Centro Europeo para el Medio Ambiente y la Salud Humana de la Universidad de Exeter realizaron un proyecto llamado "Blue Gym" para estudiar cómo se pueden utilizar los entornos acuáticos naturales para promover la salud y el bienestar humanos. Sus resultados, publicados en Medical Daily, aseguran que los "ambientes naturales como playas y parques tienen más ventajas que los gimnasios, los espacios de diversión y las zonas urbanas".

A su vez, de acuerdo a una investigación realizada por la Facultad de Ciencias Marítimas de la Universidad de Kobe, no sólo las interacciones y relaciones sociales tienen efecto en la mente de las personas, también el lugar donde se encuentran.

"Oír romper las olas, ver los tonos azulados y sentir la arena automáticamente relaja a las personas, pero también la afinidad por la playa se refleja en la salud mental", sostiene el biólogo marino Wallace Nichols en su libro Blue Mind. "El mar ayuda a oxigenar el cuerpo y relajar la mente", destaca. Además, está probado que la mezcla del aire marino y el sonido de las olas nos relajan y hacen que seamos más creativos y que durmamos mejor.

Según los investigadores, los sonidos del mar estimulan la corteza prefrontal, un área del cerebro que es responsable de las emociones y la reflexión personal. Al oír o ver algo relacionado con la playa, esta zona se activa y hace que los sentimientos se expandan.

La mejor terapia o momento de relajación que puedes tener es caminar por la playa. El color tranquilizante del entorno, la sensación de la arena en tus pies, el oxígeno, el viento, el sol... Todo te transmitirá una sensación de estar conectado con la Tierra que genera muchos beneficios. Es lo que en bioenergética llaman estar enraizado.

La playa permite un estado en el que habitamos más el propio cuerpo y silenciamos un rato la mente. Esta es la mejor receta para sentirse feliz, tranquila y recargar energías.

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