Un rincón no tan popular de Italia, lo que lo hace quizás más apreciado para descubrirlo ya que no está poblado de visitantes, es esta ruta turística de la región de Le Marche que atraviesa cuevas y pueblos medievales impregnados de ese clima de cuentos de hadas que solo sitios así pueden tener.
Plagado de tesoros de arte para visitar y especialidades culinarias, este tour es perfecto para todas las estaciones y es adecuado para grandes y pequeños.
Te proponemos 5 estaciones para conocer este increíble lugar
1. La Gola della Rossa y Frasassi: un paraíso para los amantes de la aventura
El Parque Natural Regional de la Gola della Rossa y Frasassi, es un oasis de la naturaleza que ofrece la posibilidad de practicar muchos deportes al aire libre. Ubicado en el pueblo de Castelletta, un distrito de Fabriano, tiene una superficie de 10.026 hectáreas y para conocerlo y disfrutarlo se pueden recorrer sus 35 senderos señalizados, ya sea haciendo ciclismo de montaña, senderismo o a caballo.
Entre sus actividades destaca la práctica de la espeleología, piragüismo y rafting en el río Sentino. En las paredes de piedra caliza verticales de la garganta y de la montaña principal se han abierto en los últimos años muchas rutas de escalada, tanto de estilo clásico como del moderno alpinismo. Algunas áreas se consideran "gimnasios", frecuentadas asiduamente para la formación física y el ejercicio.
2. San Vittore delle Chiuse, Abbazia romanica y Parque Frasassi Aventura
La pequeña ciudad de San Vittore delle Chiuse se levanta alrededor de la abadía erigida en el siglo XI. Construida dentro de un natural anfiteatro de montañas es un ejemplo excepcional de la arquitectura románica en el centro de Italia. En el pueblo se puede disfrutar del spa y restaurantes, en total armonía con la naturaleza circundante.
El Parque de Aventura Frasassi en el río Sentino es la gema del lugar donde se puede disfrutar de un día maravilloso en la naturaleza con recorridos de aventura para adultos y niños.
3. El Castillo de Genga
El pueblo de Genga, es en realidad un pequeño castillo construido en la Edad Media rodeado de espesos bosques en la cima de una colina en el valle alto Esino. Una vez que se ingresa al pueblo por la única puerta de arco que tiene, uno queda encantado por los callejones, por la hermosa iglesia de la Asunción o por el antiguo palacio.
Un lugar que no debe dejarse de visitar: el puesto de observación panorámica sobre el valle.
4. El templo de Valadier y la Ermita de Santa María Infra Saxa
En el camino a las cuevas de Frasassi, en una cueva con vistas a la impresionante Garganta, se encuentran las estructuras religiosas de la Ermita de Santa María infra Saxa y el templo Valadier que son definitivamente gloriosos.
Después de un paseo de 700 metros a lo largo de un camino cuesta arriba, pero pavimentado y fácilmente accesible (incluso con niños y cochecitos), aparece el tesoro escondido dentro de la montaña: el templo de Valadier, una iglesia con forma octogonal construida en 1828 por el Papa León XII según un diseño del italiano Giuseppe Valadier. Detrás del templo se encuentra el edificio de piedra sencilla de la Ermita de Santa María infra Saxa, cuyo interior está excavado parcialmente en la roca, una vez utilizado como convento de monjas benedictinas de clausura.
5. Las Cuevas de Frasassi: una historia escrita con agua
Este complejo de cuevas maravilloso, el más grande de Europa y uno de los lugares más bellos de toda Italia, ofrece un espectáculo de la naturaleza único: un fantástico laberinto subterráneo de estalactitas, estalagmitas y estanques cristalizadas.
Aquí se pueden hacer rutas turísticas que duran una hora y que incluyen actividades de espeleología de diferente dificultad.
