Quebec no es sólo la "cuna de la Nueva Francia" y el baluarte de la cultura francesa en Norteamérica, es también una de las ciudades más bellas de todo el continente.
Quebec fue colonizada por los franceses en el siglo XVII y a pesar que ahora forma parte de Canadá, en esta provincia todavía se habla francés con un acento conocido como “Quebecquoise”.
Pocos destinos en América del Norte ofrecen la sensación de encontrarse en Europa como lo ofrece esta joya que es Quebec
Qué ver en Quebec
Quebec: la magia del otoño tiñe los parques de fogosos colores
El viejo Quebec
Al llegar al viejo Quebec se siente que uno ha viajado en una capsula del tiempo hacia el siglo XVII cuando los colonos franceses llegaron a las orillas del rio Saint Laurent.
El viejo Quebec está rodeado por murallas que salvaguardaban la ciudad de los invasores extranjeros. Además su ubicación en la cima de un peñón la hace estratégico para que desde su fortaleza -Castillo Frontenac- se pueda divisar el resto del valle.
Con mucha justicia el viejo Quebec ha sido proclamado patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO
El centro de Quebec es hermosamente simple, la arquitectura no está sobrecargada y sus calles invitan al paseo. En sus parques resalta el color morado de la flor de lis, símbolo francés, así como los artistas callejeros que cantan, hacen malabares y montan obras teatrales.
Todo fluye de manera orgánica, sin pretensiones de cautivar al turista, simplemente dejando saborear la cultura local a quien lo desee.
El Viejo Québec, declarado por la UNESCO Joya del Patrimonio de la Humanidad, es muy seguro y se puede recorrer a pie. Dar un paseo por las calles adoquinadas de esta mágica ciudad amurallada te transportará a otras épocas.
El pasado, en forma de un conjunto de edificios de los siglos XVII, XVIII y XIX, se conserva aquí como en ningún otro lugar; Quebec es la única ciudad amurallada al norte de México.
El Viejo Quebec, con sus calesas tiradas por caballos y sus estrechas calles dominadas por edificios de piedra gris, es un destino muy popular entre los turistas.
Es una ciudad antigua, que atrae a los viajeros con su historia larga y atmósfera romántica inefable, con su naturaleza hermosa y monumentos sin fin.
Convencionalmente la ciudad se divide en:
- Quebec Alta
- Quebec Baja
La Alta es la zona vieja, aquí se reúnen todas las curiosidades principales y los parques maravillosos. Bajando por las escaleras o en el funicular se llega a la ciudad Baja, cuyo centro es la plaza Real. Aquí hay varios restaurantes modernos, cafeterías y galerías y en esta cima se encuentra el maravilloso Château Fairmont Frontenac.
Chateau Frontenac
Una de las obras de arquitectura más hermosas de Quebec es el hotel Chateau Frontenac, cuya construcción fue acabada en al año 1893. Parece un verdadero palacio y adentro está equipado según las últimas tendencias.
El diseño del hotel respeta el estilo típico de los castillos franceses. Es una de las principales atracciones turísticas de Quebec y, según dicen los locales, se trata del hotel más fotografiado en el mundo.
El hotel tiene 611 habitaciones que pueden llegar a costar, según el sitio oficial del Fairmont Frontenac, desde 450 dólares a 2300 dólares la noche.
Mirá en este video el maravilloso hotel:
Datos para los turistas: Algunos restaurantes no tienen licencia para vender alcohol. Cuando así se indique en el escaparate, uno puede llevar sus propias bebidas alcohólicas.