Hay pocas localidades costeras tan fotografiadas y filmadas como la española y mediterránea Peñíscola. Ahí se filmó El Cid, donde Charlton Heston era esperado por una impresionante Jimena, representada nada más y nada menos que por Sofía Loren.
Luego, HBO llevó a Peñíscola nuevamente a la portada del universo cinematográfico en la sexta temporada de Juego de Tronos o Game of Thrones.
Pese a todo ese archivo gráfico mental, llegar a Peñíscola y asomarse por primera vez a sus playas sigue siendo una sorpresa: no deja uno de preguntarse cómo pudieron hacer y cómo han logrado conservar un lugar tan magnífico.
El recinto amurallado con las casas blancas apiñándose cuesta arriba y con la prominente figura del castillo en su cima, ofrece una de las postales más encantadoras:
En pocos lugares se ha aprovechado tan bien un emplazamiento excepcional como el que el mar le ha dado a esta ciudad
Pasear por el casco viejo de Peñíscola es todo un placer. Elijan un día fuera de la temporada más turística y podrán disfrutar tranquilamente, casi en solitario, de sus calles empinadas, con las fachadas pintadas de un furioso blanco y las puertas y ventanas de un intenso color azul.
Prácticamente cada callejón termina en una vista de un mar de intensos colores, y digo colores porque hay dos bandas perfectamente diferenciadas: un azul que hace juego con el de puertas y ventanas, y un verde profundo y bellísimo.
El resultado es tan hermoso que la costa toma un aire caribeño
Callejear por su casco antiguo te hará encontrarte con rincones y lugares únicos, con infinidad de historias. Visitarla es regresar al medioevo renacentista.
Entre sus calles estrechas, el eco del Papa Luna, Felipe II, los caballeros templarios, los montesianos… La inexpugnable fortaleza sobre el peñón te cautivará. Y es que su enclave, historia y monumentalidad hacen de Peñíscola un destino inolvidable.
Con su casco urbano amurallado adentrado en el mar, y convertida casi en isla, el castillo cual torre vigía, corona el peñón.