La policía estaba buscando piezas de contrabando de arte chino. Pero encontró algo más. Una puerta oculta tras una biblioteca daba acceso a una habitación secreta. Tras ella encontraron la colección más grande de objetos de la Alemania nazi hallada hasta la fecha en Argentina:
75 piezas que el Gobierno sostiene que son originales y que sospecha que pertenecieron a jerarcas del régimen
Entre las reliquias se encuentran un busto de Adolf Hitler, una escultura de un águila imperial con una esvástica, una lupa que se cree que fue utilizada por el propio dictador alemán y un macabro dispositivo médico utilizado para medir tamaño de la cabeza y demostrar que alguien no era de raza aria.
Hay juguetes, una pistola, una escultura de un gato, binoculares, bandejas, cuchillos, vasijas, un reloj de arena y una trompeta, todos con la esvástica.
Estaban expuestos y cuidados en una sala muy amplia para ser contemplados detrás de esa puerta secreta, con la idea de ser comercializados en el mercado negro.
El hallazgo es una prueba más de la importante presencia de los nazis en Argentina, el lugar en el que se refugiaron algunos de los más conocidos
Pero este país que protegió a los nazis durante el mandato del general Juan Domingo Perón, también acogió a miles de judíos que huían de ellos, y tiene una de las comunidades más importantes del planeta. Son ellos y sus organizaciones los que más se han movilizado para buscar los restos del nazismo en Argentina y los que más han aplaudido este hallazgo, que desmantela una forma de apología.
Las piezas estaban en el domicilio de un comerciante de antigüedades y coleccionista en Béccar, un suburbio de clase media alta al norte de la capital argentina.
En realidad, los agentes no estaban tras la pista de un tesoro nazi sino de piezas asiáticas. La policía seguía desde octubre el rastro de obras de arte chinas protegidas y en la Lista Roja de Objetos Culturales Chinos emitida por la Unesco. Una vez localizadas en una galería y un almacén las piezas de origen chino, japonés y egipcio, siguieron el hilo hasta el domicilio del coleccionista y hallaron el tesoro nazi.
"Las encontramos casi de casualidad, estábamos buscando otra cosa. A un agente le llamó la atención la librería y decidió moverla. Y ahí estaba la puerta a la habitación secreta. Todo indica que es un comerciante, no un activista", señala Gustavo Roncaglia, jefe de la policía federal argentina.
La principal hipótesis de los investigadores es que fueron llevadas al país por uno o varios altos mandos nazis tras la II Guerra Mundial, cuando el país se convirtió en refugio de criminales de guerra, incluidos varios de los más conocidos como Josef Mengele, que vivió en Buenos Aires durante una década.
Mengele, médico en el campo de concentración de Auschwitz, se mudó a Paraguay en 1960, cuando agentes del Mosad capturaron a Adolf Eichmann, teniente coronel de las SS y responsable de los traslados de judíos a los campos de concentración y que también se había refugiado en Buenos Aires, donde vivía con el nombre de Ricardo Klement.
Mengele murió finalmente en Brasil. Incluso existe la posibilidad de que algunos objetos fueran del propio Mengele.
"El lugar donde se escondía él está a menos de 15 cuadras de esta casa. No podemos aventurar nada, pero lo cierto es que entre las 75 piezas hay muchos elementos médicos, para medir los huesos, la dimensión del cráneo. Todo está muy bien conservado en estuches, con fundas, se ve enseguida que esto no son imitaciones".
Hay incluso una lupa que podría haber pertenecido al propio Hitler. Los investigadores han encontrado un negativo de una fotografía del Führer en la que aparece sosteniendo una lupa igual a una de las halladas en una caja. Evalúan que las fotos de la época que acompañan a algunas de las piezas, se iban a usar "para poder comercializarlas mostrando que fueron utilizadas por el Führer”.
El jefe de la policía cree que otro elemento clave es que los objetos fueron hallados en una zona cercana a las casas que habitaron Mengele y Eichmann tras escapar de Europa.
Las piezas del tesoro nazi identificadas serán exhibidas en el museo del Holocausto de Buenos Aires, destinado a mantener viva la memoria de la Shoá (Holocausto en hebreo).
El resto, las que en realidad estaba buscando la policía, serán devueltas a sus países de origen.
Fuente: El País