La investigación sobre la masacre de Manchester, que el pasado lunes se cobró 22 víctimas mortales y dejó al menos 59 heridos, apunta a que el suicida no era un lobo solitario sino parte de una red mucho más amplia. Después de que ayer se arrestara a uno de los hermanos del terrorista suicida, durante el miércoles se han detenido a otros cuatro hombres y, a lo largo de la tarde, en Trípoli (Libia) a otro de los hermanos de Salman Abedi, Hashem Abedi, y su padre, Ramadan Abedi.
Por eso, y en el marco de una profunda investigación, las autoridades de Gran Bretaña elevaron el alerta terrorista y pidieron a la población y a los turistas máximo cuidado. No lograron detener a una persona que, creen, estaría preparando un nuevo ataque, que sería inminente.
Un portavoz policial ha asegurado que el autor del atentado, que había viajado a Libia y a Siria, formaba parte de una célula yihadista. "Está muy claro que lo que estamos investigando es una red", destacaron. Por eso, el Gobierno británico ha elevado la alerta antiterrorista al nivel máximo o crítico y ha autorizado la salida de 5.000 soldados a la calle.
La Policía trabaja sobre la tesis de que el suicida Abedi no fue quién construyó la bomba y que su función en el atentado fue la de brazo ejecutor. Esta teoría se sustenta en que no se han encontrado restos de explosivos en su casa. Por lo que el fabricante del artefacto todavía estaría sin identificar.
Según el New York Times, las autoridades están intentando encontrar el lugar en el que se fabricó la bomba. Varios medios británicos alertan de que, según fuentes policiales, el fabricante de la bomba podría estar perpetrando otro ataque.
La premier Theresa May ha explicado que "no queremos alarmar innecesariamente a la gente, pero existe la posibilidad de que exista un grupo mayor de sospechosos vinculados con este incidente".