La ciudad argentina fronteriza de Puerto Iguazú, en el extremo noroeste de Misiones, y la de Bernardo de Irigoyen, en el oriente provincial, están unidas por la emblemática Ruta Nacional 101.
Quienes se aventuren en un recorrido de poco más de 150 kilómetros por la Selva Paranaense podrán conocer numerosos atractivos que incluyen un parque nacional y dos provinciales.
El trayecto es un recorrido que perfectamente puede sumarse al tradicional paseo por las Cataratas del Iguazú, cuyo derrotero permite apreciar buena parte del llamado Corredor Verde misionero, al atravesar el Parque Nacional Iguazú y los provinciales Yacuí y Urugua-í.
Luego de décadas de difícil tránsito por este camino, especialmente en época de lluvias, se decidió pavimentar esta ruta comenzando desde el sur.
Sin embargo no todas las voces se alzaron festejando este aspecto. Distintos grupos ambientales expresaron en su momento su preocupación porque cuando la economía depende en un muy alto porcentaje del ecoturismo, la implementación de medidas para protegerla y asegurar su supervivencia se hacen indispensables.
Tras dejar la ciudad de las Cataratas, se entra en la zona menos visitada del Parque Nacional Iguazú y se comienza a percibir el fuerte contraste de la tierra extremadamente colorada con el verde que la rodea, en un monte que por momentos parece cerrarse frente al observador.
La Seccional Yacuí de la Administración de Parques Nacionales anuncia el fin del monte, a la altura del paraje Cabureí, una sucesión de casa bajas preanunciada por signos de desmonte, distante siete kilómetros del reinicio del asfalto.
A partir de allí, el asfalto lleva por paisajes salpicados de bosques de pinos y araucarias que aún resisten el embate de las chacras productivas de la zona.
Un cartel junto a un camino de tierra que se abre en una curva, justo antes del paraje Deseado, invita a conocer a "Sombra de Toro, el gigante de la selva", un majestuoso árbol que ostenta un tronco de cuatro metros de diámetro y una altura de más de 47 metros.
Al dejar atrás Deseado, el trayecto adquiere un paisaje singular: por derecha, la porción de selva que contiene al Parque Provincial Urugua-í, que contrasta con el tendido de cables eléctricos y los establecimientos agrícolas que se observan a la izquierda.
Esta reserva natural, con acceso en el kilómetro 77, ofrece a quienes la recorran senderos de selva engalanados de forma natural con orquídeas y otras flores nativas.
El kilómetro 69 sorprende con un corto túnel que corona una empinada cuesta y en el cual llama la atención una profusa vegetación colgante; se trata del primer y hasta hoy único ecoducto de Latinoamérica, cuya finalidad es la preservación de fauna silvestre, otorgándole un pasaje natural que minimiza los riesgos de accidentes.
Así, se llega a San Antonio, localidad de 12.000 habitantes y cabecera del partido del mismo nombre, ubicada a 132 kilómetros de Puerto Iguazú y uno de los 12 pasos fronterizos desde la provincia hacia Brasil.
La ruta finaliza 30 kilómetros al sur, en Bernardo de Irigoyen, frontera seca lindante con la ciudad brasileña de Dionisio Cerqueira, dueña de atractivos propios que merecen ser visitados.
Cerqueira atrae a visitantes de toda la región, entre ellos argentinos, por la belleza de sus cascadas con piscinas naturales, como la Cachoeira do Toldo, apta para bañarse y realizar pesca en estanques.
Otro lugar interesante para visitar es el Cañón del Asentamiento, poseedor de un sendero ecoturístico con cuatro cascadas -la más alta, de 62 metros- donde se puede practicar trekking, canyoning, rapel, cascading y tirolesa.
La oferta cultural está dada por dos fiestas tradicionales: la de La Integración, con bailes y gastronomía, en marzo, y Arraial da Fronteira, entre junio y julio.
Bernardo de Irigoyen se comunica con el sur de Argentina a través de la ruta nacional 14, luego de 1.129 kilómetros hasta su inicio en Ceibas, Entre Ríos.
Fuente: Telam