Las callecitas de Buenos Aires esconden en distintos barrios pequeños secretos. Uno de ellos se encuentra en el barrio de Congreso y está al alcance de todo aquel que quiera descubrirlo.
El Museo Botica del Ángel es un legado que el recordado Eduardo Bergara Leumann le ofrendó a su ciudad, y es un laberinto indescriptible que guarda la memoria artística de buena parte del siglo pasado.
La Botica del Ángel
Resulta imposible separar el nombre del artista de su creación más reconocida y aún vigente a pesar del largo paso del tiempo:
Eduardo Bergara Leumann y la Botica del Ángel quedarán para siempre presentes y reunidos en la historia del arte argentino
El Museo nació en otro tiempo, en otro lugar y con otra idea. En 1966, con la intención de armar una sastrería teatral modelo, Eduardo Bergara Leumann inauguró la primera Botica del Ángel en Cerrito al 600.
Cuando el local de la calle Cerrito debió cerrar sus puertas por la ampliación de la Avenida 9 de Julio, la Botica del Ángel ya era a veces sala teatral, a veces set de televisión, a veces casa, a veces museo.
En 1968 Bergara Leumann consiguió una nueva propiedad en Luis Sáenz Peña 541, un antiguo templo que transformó en su segunda Botica.
Músicos, actores, pintores e intelectuales desfilaron por allí hasta su nuevo cierre en 1973.
Bergara Leumann se fue a recorrer el mundo y vivió en Estados Unidos y en Europa, fue dirigido por Fellini, trabajó con Belmondo, con Mónica Vitti y con Andy Warhol, dirigió, pintó, actuó, expuso y continuó creando.
Muchos años más tarde, en 1997, Bergara Leumann se reencontró con el viejo templo del barrio de Congreso y se consagró a la tarea de decorar ese espacio tan querido.
Son unos 1200 metros cuadrados atiborrados de pedacitos de historia porteña en todo lo que incumbe a su creación artística.
Sin embargo, y esto es sorprendente teniendo en cuenta la cantidad de objetos por espacio, en cada lugar hay armonía, una gama de colores predominantes, una tendencia, un estilo.
Desde obras de grandes maestros de la plástica como podría ser Antonio Berni, pasando por textos de Alejandra Pizarnik, y las Ocampo, vestidos y objetos de Libertad Lamarque, todo protegido por un sinnúmero de ángeles, relata en una nota la Revista del Abasto.
Lo surgido es un estallido de imaginación que maravilla y emociona: 33 ambientes dedicados a evocar y homenajear la memoria artística de Buenos Aires. Sobre su obra dijo Bergara Leumann:
“Recuperé la Botica con mis ángeles y al ver mis recuerdos de 47 años de trabajo decidí convertir aquel templo de la calle Luis Sáenz Peña 541 en un collage de un Buenos Aires que se perdía, rindiendo homenaje a todos los que deben estar siempre presentes en este museo vivo y divertido”
La Botica del Ángel es un collage escenográfico creado por Eduardo Bergara Leumann en el museo que fue su casa, donde sorprenden obras de arte de muchos artistas plásticos: Raúl Soldi, Antonio Berni, Luis Felipe Noé, Marta Minujin, Guillermo Roux, Juan Carlos Castagnino, Carlos Gorriarena, Josefina Robirosa, Héctor Borla, Juan Carlos Benitez, Eduardo Pla, Raúl Lozza; manuscritos de Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Manuel Mujica Lainez.
Recuerdos de actores y cantantes, algunos de los cuales debutaron en La Botica como Susana Rinaldi, Marikena Monti, Nacha Guevara, Leonardo Favio, entre otros.
En el recorrido por el lugar se encuentran homenajes a compositores de tango y folklore como Astor Piazzolla, Mariano Mores, Homero Expósito, Mercedes Sosa, Ariel Ramírez, María Elena Walsh, entre otros, y también se pueden apreciar las instalaciones armadas con fotografías y objetos históricos de un Buenos Aires que se fue perdiendo.
Eduardo Bergara Leumann legó el Museo a la Universidad del Salvador que hoy la administra y abre sus puertas como museo y también como ámbito para la presentación de diversos espectáculos.
No dejes de hacerle una visita y emocionarte con los recuerdos.